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Guerra contra el virus H1N1

Actitudes

JOSÉ SANTIAGO HEALY

En mis 52 años de vida no recuerdo haber vivido una emergencia sanitaria como la que hemos sufrido a lo largo de este año en Estados Unidos y México.

Por fortuna ningún familiar o amigo cercano ha padecido la famosa influenza del virus H1N1 ni tampoco he visto alrededor a un enfermo que padezca esta enfermedad.

Pero hemos sabido de mucha gente que se contagió e incluso de algunos que han fallecido y la mayoría de los casos son impactantes porque se trata de seres humanos sanos y activos que en cuestión de días perdieron la vida.

Recuerdo en mi infancia una época parecida cuando se realizaban vacunaciones masivas contra la polio y la tuberculosis. Era casi imposible no ser vacunado si uno vivía en una población mexicana o si viajaba al extranjero.

Al cruzar la frontera de México a territorio norteamericano había que mostrar las cartillas de vacunación o de lo contrario ahí mismo te ajusticiaban con un doloroso piquete en el brazo o en el mejor de los casos con unas cuantas gotas del medicamento inmunológico.

Este mes quienes vivimos en Estados Unidos tendremos la oportunidad de recibir casi gratuitamente la vacuna contra el virus H1N1 en lugares públicos como centros médicos, escuelas, hospitales y en algunas farmacias.

Un total de 251 millones de dosis comenzarán a ser repartidas a partir de este 30 de septiembre en la Unión Americana dentro de la más grande campaña de vacunación que jamás se haya emprendido.

La nueva vacuna de la poderosa influenza H1N1 fue desarrollada en menos de un año y al parecer con resultados sorprendentes en cuanto a su efectividad. El Gobierno norteamericano corrió con todos los gastos y la vacuna será gratis, pero habrá que pagar una cuota por su aplicación que puede llegar hasta los 30 dólares por dosis.

Se supone que una persona que reciba la vacunación adecuada quedará inmune de por vida a este padecimiento que a pesar de ser curable ha causado varios miles de muertos en el mundo entero por ser un virus desconocido y por la agresividad con la que ataca una vez que penetra en el cuerpo humano.

Curiosamente las vías más efectivas para evitar el contagio -además de la nueva vacuna- son exactamente las mismas que recomendaban los médicos de la infancia que luego repetían con singular insistencia nuestras madres y abuelas.

Lavarse las manos antes de comer y durante varias veces al día es una de los mejores medidas preventivas. Otra es mantenerse en reposo y no salir de casa ante cualquier síntoma de la gripe y la más importante: acudir de inmediato al médico si se presenta alguno de los principales signos.

Por no seguir estas acciones elementales este virus logró avanzar de manera inmediata, prácticamente en todo el mundo.

Por ello será fundamental que todos acudamos a ponernos la vacuna aun cuando no sintamos ninguna molestia. El proceso puede ser latoso e incómodo, pero será mucho mejor aplicarse la dosis que estar expuesto a esta enfermedad contagiosa.

En México llegarán 30 millones de vacunas el mes de diciembre cuando el frío estará en su apogeo, esperemos que alcancen para la población de mayor riesgo y que no sea demasiado tarde.

Aun con las vacunas se pronostica en Estados Unidos que el 40 por ciento de la población será contagiada del virus H1N1, por ello habrá que tener cuidado con los rumores y no dejarse llevar por falsas versiones que saldrán alrededor de este nuevo medicamento.

Y en caso de cualquier duda o confusión acudir a su médico de confianza en donde recibirá la información oportuna y adecuada. No olvide llevar a sus hijos y familiares más cercanos a vacunar, es tarea de todos proteger nuestra salud y la de nuestro entorno.

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