“Así como se necesitan dos para bailar tango, se necesitan dos para pelear.” Anónimo
Yo entiendo que los partidos políticos son un negocio y que los usufructuarios tienen que hacer lo posible por protegerlo. Pero hay algo no sólo patético sino inmoral en el espectáculo de los funcionarios de la Conagua y el Gobierno capitalino que buscan echarse la culpa mutuamente por la crisis de agua en el Valle de México. José Luis Luege, director general de Conagua, afirma que el Gobierno capitalino está exagerando la magnitud del recorte del suministro, que sí es del 100 por ciento pero sólo del sistema Cutzamala.
Éste provee únicamente el 20 por ciento del líquido de la zona metropolitana. Si se presenta una mayor escasez, será por culpa del Gobierno perredista de la capital.
El director del Sistema de Aguas del Distrito Federal, Ramón Aguirre, advierte que cinco millones de personas se verán afectadas por el recorte. También invita a Luege a no tratar de sacar raja política de la crisis y le recuerda que ya no es presidente del PAN en el Distrito Federal.
No pretendo saber quién tiene la razón. Pero sí es claro que han sido muchos ya los pleitos entre el director panista de la Conagua y el Gobierno perredista del Distrito Federal. El anterior surgió de la tragedia de Atotonilco, después que un grupo de campesinos murió en una planta de bombeo. Luege responsabilizó al Gobierno capitalino por no haber tomado medidas para tratar las aguas negras de la ciudad que van a parar al estado de Hidalgo.
El manejo del agua requiere por ley de una colaboración entre los distintos órdenes de Gobierno. El Gobierno Federal, a través de Conagua, es responsable del manejo de las cuencas hídricas. Pero las facultades para distribuir el agua a nivel local las tienen los municipios, por lo que éstos deben llevar el líquido a los hogares y usuarios finales. Aguirre me dice que la colaboración entre el Distrito Federal y Conagua existe a nivel operativo.
Los acuerdos son concretos y pragmáticos. Pero todo se desmorona cuando Luege empieza a hacer declaraciones políticas.
Luege responde que si alguien está politizando el tema “no somos nosotros”. Hay ya un Programa de Sustentabilidad Hídrica del Valle de México, que está desde el año pasado en el escritorio del jefe de Gobierno de la ciudad, quien no lo ha firmado.
Es claro que estamos viviendo un año electoral.Muchos funcionarios se preocupan más por impulsar a sus partidos que en garantizar el beneficio de los ciudadanos.
La politización en temas técnicos parece mucho más intensa en la relación GDF-Gobierno Federal que en cualquiera otra en el país. Pero cuando los dimes y diretes llegan al tema del agua, la politiquería se vuelve traición a los ciudadanos.
El corte a la provisión de líquido al Valle de México es indispensable en este momento, pero pudo haberse evitado o paliado si a lo largo de los años se hubiesen aplicado medidas que permitieran eliminar fugas y desperdicios, aprovechar la lluvia, tratar las aguas negras, mejorar el cobro por servicio e invertir lo suficiente en infraestructura.
De momento, el pleito entre el director de Conagua y el Gobierno del Distrito Federal parece augurar lo peor en el reto del agua, que es quizá el más importante para la mayor urbe nacional. El que los funcionarios responsables estén más interesados en culpar a los otros que en resolver los problemas lleva al desánimo.
No sé quién sea culpable, pero sí sé que los ciudadanos necesitamos una colaboración estrecha entre ambos órdenes de Gobierno para poder tener agua al abrir la llave
AGUA AGRÍCOLA
La agricultura utiliza más del 70 por ciento del agua y la mitad se desperdicia. A esa actividad hay que encauzar los mayores esfuerzos por racionalizar el uso del líquido. Pero en México no cobramos el agua agrícola y tenemos un sistema que incentiva a desperdiciar el agua para no perder el derecho de usarla en el futuro.
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