Un éxito. La banda argentina conformada por Vicentico, Flavio, Sergio, Fernando, Mario y Daniel interpretó sus canciones más conocidas ante el público mexicano.
MÉXICO, DF. Como si fuera su primera vez en México, la banda de rock argentino Los Fabulosos Cadillacs se entregó aquí a un numeroso público de más de 21 mil personas, quienes acudieron al Palacio de los Deportes para disfrutar de un concierto lleno de rebeldía y espíritu juvenil.
"El león del ritmo", como también se le conoce al grupo, tras su reciente visita en noviembre pasado, se reencontró con sus seguidores mexicanos, en el marco de su Satánico pop tour, dentro del cual le festejaron cada uno de los movimientos que realizó sobre el escenario, pero principalmente de Vicentico y el Sr. Flavio.
La aclamación se enfatizó con la canción Manuel Santillán El León con la que Gabriel Fernández Capello, mejor conocido como Vicentico y compañía iniciaron las más de dos horas de baile, anarquía musical y viejos recuerdos, más presentes que nunca.
Ataviado con un traje negro, guantes y bastón, el vocalista, no tardó en conectarse con sus fieles seguidores que uno a uno corearon las canciones que por más de 20 años, con todo y su breve "descanso", se erigen como verdaderos "himnos" del rock latinoamericano.
Jóvenes, maduros y otros un poco más que eso se olvidaron de la diferencia generacional para unirse en una misma voz con canciones como Mi novia se Cayó en un Pozo Ciego, El Genio del Dub, Santa Carmela, Demasiada Presión y Estoy Harto de Verte con Otros.
Así, una enorme luna llena proyectada en las dos pantallas que flanqueaban un sencillo escenario fue el preámbulo de una de las piezas más coreadas de la noche: Siguiendo la Luna, la cual se encargó de hacer estallar a un Domo de cobre que vibró con cada una de las notas entonadas al unísono.
Dado que la mezcla de ritmos ha sido una característica de este grupo, por tal motivo no podía faltar la nueva versión de Padre nuestro, con la cual muchos recordaron esos pasos de baile tipo cumbia, mezclados con salsa.
Canciones como Demasiada Presión y Quinto Centenario, con la cual muchos ya bailaban sin camisa, y Los condenaditos hicieron un emotivo llamado para acabar con la intolerancia en América Latina. Saco Azul rompió con este ritmo impetuoso que hasta el momento se había dado, pero no por eso la energía disminuyó, sino por el contrario aumentó y vivió un clímax con Calaveras y diablitos, canción con la cual los cuerpos comenzaron a contonearse a ritmo de reggae.
Ocasión que Vicentico aprovechó para preguntar a la concurrencia: "¿Vos sos calavera o diablito? y añadió "El Sr. Flavio es diablito y yo soy calavera". Lo que provocó un gran alarido. Mal Bicho y Satánico Doctor Cadillac fueron otra de las canciones que hicieron temblar a los asistentes, quienes mantuvieron esa apoteosis con La Luz del Ritmo y Carnaval toda la vida que invitó al público a continuar con la celebración. El final estaba por llegar, así que Vicentico, Flavio Cianciarulo, Sergio Rotman, Fernando Ricciardi, Mario Siperman y Daniel Lozano regresaron para entonar Basta de llamarme así, Matador su éxito Yo no me Sentaré en tu Mesa.
29 CANCIONES
Interpretaron en el Palacio de los Deportes
21,000 PERSONAS
Acudieron al concierto
