Los cuerpos de tres personas ejecutadas, dos hombres y una mujer, fueron hallados en el cruce de las calles Nueva y San Rafael en la colonia Jardines de San Rafael; las víctimas, quienes presentaban el denominado tiro de gracia, no han sido identificadas. (El Universal)
La Procuraduría General de Justicia (PGJ) en Nuevo León, localizó los cuerpos de dos hombres y una mujer, que fueron ejecutados al estilo del crimen organizado.
Las tres víctimas estaban maniatadas con cinta canela, tenían huellas evidentes de tortura y presentaban un impacto de bala en la cabeza, conocido como el tiro de gracia.
El hallazgo se realizó en el interior de una bodega ubicada en las calles Huizache y Nueva, en la colonia Jardines de San Rafael dentro del municipio metropolitano de Guadalupe.
Al lugar arribaron elementos de la Agencia Estatal de Investigaciones, de la Secretaria de Seguridad Pública del Estado y de la Policía Ministerial, para iniciar con las indagaciones al respecto.
De acuerdo a los primeros informes un peatón que pasaba por el lugar, fue quien advirtió a la autoridad sobre la presencia de los tres cadáveres.
La ahora occisa vestía pantalón de mezclilla en color azul, blusa en color celeste y trae un tatuaje en el brazo derecho; mientras que los hombres vestían pantalón de mezclilla y camisa blanca, ambos estaban boca abajo.
Hace apenas tres días fueron ejecutados dos presuntos escoltas de Héctor Huerta Ríos, capo del cartel de los Beltrán Leyva, quien fue aprendido en semanas pasadas.
Los presuntos cómplices del narcotraficante fueron identificados como Jesús Alderete de la Cruz (alias El Mutis’), de 44 años de edad y José Leza Montemayor (alias ‘El Flaco’) de 25.
De acuerdo a la autopsia de ley que realizó el Servicio Médico Forense, el primero recibió 11 balazos, mientras que el segundo fueron 21 impactos de bala.
Ambos circulaban en un Mercedes-Benz color negro, con placas de circulación SDW-5474, sobre la avenida Morones Prieto, cuando a la altura de Río Bravo en la colonia del Valle del municipio metropolitano de San Pedro, fueron copados por los tripulantes de dos vehículos, quienes les dispararon con armas de grueso calibre en al menos 70 ocasiones (mismo número de casquillos percutidos localizados por los peritos en la zona del crimen).