Clasificación:
Un día a finales de 1980 me sentí como, sin duda, se sintieron muchos jovencitos esta semana.
Terminaba El Imperio Contraataca y Han Solo estaba congelado en un bloque de Carbonita, Luke escapaba a duras penas de la muerte, tras ser mutilado y humillado en combate con su propio padre y, en general, las cosas pintaban bastante mal para la alianza rebelde. Aparecieron los créditos sin que la situación se compusiera, y para conocer el desenlace de la historia tuvimos que esperar
Ahora ha llegado el turno a los fans de la serie de Harry Potter. Al terminar El Misterio del Príncipe, muchas preguntas quedarán sin respuesta, algunas muertes y traiciones serán difíciles de asimilar, y seguramente una sensación de incomodidad difícil de precisar les invadirá. Permítanme tratar de ayudarlos con un diagnóstico de su malestar: acaban de ser víctimas de un cambio de juego. Luego de lanzarles de cunita y picharles curvas y rápidas durante años, acaban de recibir una bola lenta.
La serie sufrió un cambio de ritmo en su última entrega y la estructura acostumbrada, en que se proponía y resolvía un misterio menor dentro de la escala mayor, fue modificada.
Cada una de las cintas anteriores culminaba en una batalla épica en que el bien resultaba vencedor, así fuera temporalmente, y proporcionaba un necesario desahogo de la tensión acumulada. No esta vez. Ahora los jóvenes magos andan en busca de un clímax diferente.
Buena parte de la cinta se va en los enredos amorosos de Harry, Ron y Hermione, lo que de ninguna manera es malo. Con los años nos hemos encariñado con los chicos y queremos que sean felices.
Es muy divertido, además, ver la cinta en una sala llena de muchachitas ululantes que se retuercen en la butaca con cada beso y torpe lance de los protagonistas, como si en lugar de Hogwarts fuese la escuela de RBD. ¿Será que por fin Ron y Hermione se darán cuenta de lo mucho que se gustan? ¿Logrará Harry tener una vida amorosa plena, pese a ser El Elegido? No será fácil, ni Jesús ni Neo lo lograron.
Ya le he comentado que con las cintas de Harry Potter siento que entro a la franquicia de comida rápida más limpia y mejor atendida. El Misterio del Príncipe es una hamburguesa con un sabor ligeramente distinto al acostumbrado, pero no es motivo suficiente para llamar al gerente.
A quienes les parezca insufrible el suspenso, y el año que falta para el estreno de La Reliquias de la Muerte les parezca demasiado, les recuerdo que otros tuvimos que esperar 36 meses por el Retorno del Jedi. Además, ahí tienen el libro. Aunque supongo que para muchos leer 640 páginas es un suplicio que no le desean ni a Voldemort.
Mínimo:
Máximo: