‘Zacatillo’ Guerrero recorre por última vez las bases del Revolución.
‘Zacatillo’ Guerrero recorre por última vez las bases del Revolución.
La familia, el gremio beisbolero, amigos, compañeros, directivos de Vaqueros Laguna, medios de comunicación y aficionados, despidieron ayer a Don José “Zacatillo” Guerrero, durante una misa de cuerpo presente en el Estadio de la Revolución.
El féretro con los restos humanos del ex jugador y manager, estaba cubierto con una franela y cachucha de la novena naranja, en un acto eucarístico que fue presidido por el Padre Gerardo Zataráin. Seis jugadores de las Águilas de San Isidro, perteneciente a la Liga de Beisbol Infantil Sertoma, rindieron guardia de honor permanente durante la homilía. Los hijos de Fernando “He-man” Rodríguez, Sergio Alfaro y Stewart Esparza, se encontraban entre el grupo de los prospectos peloteros.
En Indianápolis, en la Convención Mundial de Beisbol de Ligas Menores, se guardó un minuto de silencio por el sentido fallecimiento de “Zacatillo” Guerrero. Además se acordó un apoyo económico por parte de los equipos, para la familia del fallecido ex timonel, de acuerdo a lo informado en el portal de la Liga Mexicana de Beisbol (LMB).
Caras conocidas como la de Horacio “El Ejote” Piña, Don Germán González Navarro, el gerente general de Vaqueros Laguna, Luis Dovalina; así como el comisionado municipal del Deporte de Torreón, Jaime Chávez Aguilar, estaban presentes en el adiós a un grande del Rey de los Deportes.
Alrededor de 300 personas acudieron al acto litúrgico en el escenario natural del beisbol, que guarda celosamente en el fondo del jardín derecho, pegado a la pizarra electrónica, el número 49, el retirado con anticipación por el equipo en homenaje a una leyenda e ídolo no solamente en la Comarca Lagunera, sino en la pelota caliente nacional.
En la barda junto al “Zacatillo” figuran los nombres de Toño Pollorena (22), Moi Camacho (21), Memo Garibay (11) y Leo Rodríguez (9), todos inmortales en el beisbol de la Comarca Lagunera. Junto a su número, fue depositado un arreglo floral.
Uno de los más consternados tras el deceso de Don Pepe, era el matamorense Horacio Piña, quien confesó que eran entrañables amigos, donde ambos se frecuentaban con regularidad con todo y sus respectivas familias.
“Convivíamos bastante, inclusive cada 12 de julio era tradicional allá en mi casa en Matamoros, reunirnos todo el día” confiesa el ex ligamayorista.
Tras la misa, varias personas entre ellas su hijo Héctor Guerrero, cargaron el féretro recorriendo cada una de las bases.
