Ebrard hizo referencia al recorte al presupuesto federal a las instituciones de educación superior y dijo que esto generará mayor desigualdad. (Notimex)
En el Distrito Federal hay dos millones de pobres que no tienen acceso a educación, salud de calidad ni ejercen su derecho a la ciudad, considerado en el proyecto de “Carta por el derecho a la ciudad”, entregado este lunes al jefe del Ejecutivo local, Marcelo Ebrard.
El mandatario reconoció dicha problemática y consideró necesario revertir la tendencia de reducir los recursos federales que le llegan a la ciudad cada año: "tenemos una batalla muy importante porque la participación de la ciudad en los ingresos nacionales ha ido a la baja o se ha estancado", dijo.
En el antiguo Palacio del Ayuntamiento, el funcionario dijo que el principal límite a las políticas emprendidas en la ciudad ha sido la falta de recursos, la cual sale a relucir cuando se discuten temas de vivienda o educación.
Ebrard hizo referencia al recorte al presupuesto federal a las instituciones de educación superior y dijo que esto generará mayor desigualdad.
Consideró que se tiene que dar la batalla no sólo por los recursos que le llegan a la capital de la Federación sino por la forma en que se emplea el dinero público a nivel nacional.
Previó que con las condiciones actuales, en las que el Estado ha informado contar con la mitad de sus ingresos para 2010 y hasta 2012, se dé una gran limitación de recursos públicos.
Hizo referencia a los 70 mil millones de dólares como recursos adicionales que tuvo México entre 2003 y 2007, pese a lo cual los indicadores nacionales empeoraron: "Se tiene que cambiar el rumbo de lo que se está haciendo con los recursos públicos", señaló.
Indicó que una de las exclusiones más graves que existen en el Distrito Federal es la falta de acceso a la vivienda y criticó que la política federal en esta materia excluya de créditos a quienes no tienen ingresos de cinco salarios mínimos, ya que el 42% de los capitalinos se encuentra en esa condición.
Esto lo que ha generado, continuó, es que una buena parte de la población de la ciudad se haya ido a vivir a hora y media o dos horas de distancia de donde trabaja, lo cual ha impactado negativamente su calidad de vida.
La “Carta por el derecho a la ciudad” no considera los derechos ya existentes sino sistematiza la ciudad que se desea tener y en ese sentido muestra la realidad que se debe modificar, dijo.
Ebrard dijo que no se puede plantear una Carta así si la capital va tener cada vez menos recursos, producto de una política fracasada a nivel nacional: "esta Carta es una aspiración para la ciudad, pero también para el país", concluyó.