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Heredera de una dinastía

Gran debate. La actriz Diana Bracho protagoniza la obra Todos Eran Mis Hijos, de Arthur Miller, debatiéndose entre la esperanza y la ignorancia en una visión crítica del belicismo de Estados Unidos.  EL UNIVERSAL

Gran debate. La actriz Diana Bracho protagoniza la obra Todos Eran Mis Hijos, de Arthur Miller, debatiéndose entre la esperanza y la ignorancia en una visión crítica del belicismo de Estados Unidos. EL UNIVERSAL

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Carmen Montejo la llamó su "hija artística". Como si no bastara con que Diana Bracho forme parte de una de las dinastías más productivas del ambiente artístico mexicano, la actriz fue "adoptada" por Montejo durante una función de la obra Los Monólogos de la Vagina.

La actriz acepta gustosa el nombramiento, pero, en cambio, rechaza con una carcajada la posibilidad de que se le considere una institución de la actuación en México: "Yo espero estar muy lejos de eso, ¡odio las instituciones! Y más si son como el PRI, ja, ja. Cuando uno se convierte en una institución es muy aburrido".

A Diana Bracho le va muy bien aquel refrán que reza: "lo que se hereda no se hurta". Y eso mismo explica ese cariño casi maternal que inspira en Montejo: "Mi padre (el cineasta Julio Bracho) siempre se expresó con una gran admiración por Carmen al decir que era una de las más grandes actrices de México y, además, ella fue gran amiga de mi tía (la diva del cine de los 30 Andrea Palma). Conocí a Carmen durante los ensayos de una puesta de La Casa de Bernarda Alba, de Federico García Lorca, que finalmente no se estrenó, pero luego actuamos juntas en la novela Cuna de Lobos, donde nos hicimos amigas; ella es muy amorosa conmigo".

El tema del amor maternal resulta especialmente importante en este momento para Diana porque prepara el personaje de "Kate Keller" para la obra de teatro Todos Eran Mis Hijos, que se estrena el próximo fin de semana en el Teatro Helénico.

Se trata de una mujer que ha impuesto un matriarcado a base de autoengaños y mentiras. La obra fue escrita a mediados del siglo pasado por Arthur Miller como una visión crítica del belicismo estadounidense, ya que el padre es un fabricante de piezas de guerra que las vende sabiendo que están defectuosas y pueden provocar la muerte de los soldados en el frente de la Segunda Guerra Mundial. Curiosamente, uno de sus hijos se ha enlistado en el Ejército y desde hace varios meses no se sabe nada de él. No obstante, la madre Keller asegura que sigue vivo. Y finge ignorar las actividades de su marido.

Diana Bracho, luego de varias semanas en el análisis de mesa, ha llegado a una conclusión novedosa respecto a su personaje: "No es una mentirosa. Por supuesto que ella sabe que su hijo casi es seguro que ha muerto. Y sabe que su marido vendía piezas defectuosas para los aviones de guerra, pero finge ignorancia porque sólo así puede conservar la esperanza del resto de la familia. Ella sabe que si revela la verdad, todos a su alrededor se derrumbarán".

La actriz considera que la vigencia es obvia: "Cada vez que en las noticias aparece una imagen de guerra resulta desolador saber que somos incapaces de resolver nuestros problemas de manera pacífica. Yo me siento frustrada con la violencia cotidiana, con saber que los años pasan, los siglos pasan y los seres humanos seguimos haciendo la guerra unos contra otros".

La obra es producida, a propósito de dinastías, por Jorge Ortiz de Pinedo. Cuando Bracho recibió su invitación para unirse al elenco, de inmediato le vino a la mente la labor de Óscar Ortiz de Pinedo, padre, y le dijo: "Lo que estás haciendo es un acto de amor hacia tu padre que vivió mucho tiempo para y por el teatro. Ahora tú estás devolviéndole parte de lo que recibiste de él".

Pero no sólo ve un acto de apellidos, sino también de justicia: "Jorge está demostrando que el buen teatro no tiene por que no ser comercial y que el teatro comercial no tiene que ser malo".

De vuelta al asunto de ser una Bracho, Diana asegura que no siente ninguna especie de losa por la historia de su familia: "Es un placer ser hija de Julio Bracho y sobrina de Andrea Palma. Fue un placer vivir cerca de esas personas que me regalaron tanto. No siento responsabilidad sino una enorme gratitud por su herencia".

Luego de esta obra, Diana hará otra, El Hombre Inesperado, en la que se reencontrará con Alejandro Camacho, con quien hiciera pareja en la telenovela Cuna de Lobos: "Se ha vuelto 'un hombre inesperado' porque primero lo haría Humberto Zurita, pero no pudo".

Divertida actuación

El actor Julio Bracho definió como una experiencia "divertidísima" su trabajo en la película Polvo de Ángel, donde da vida a un superhéroe, trabajo que aceptó por el deseo de compartir créditos con su colega Jorge Zárate.

El artista, quien dijo no saber la fecha de estreno de la producción de Óscar Blancarte, expresó en entrevista que dicho filme lo motivó y despertó su interés desde el momento en que recibió el guión.

Agregó que en el filme también participan Ludwika Paleta ("Bella"); Carolina Jaramillo ("Susana"); Jorge Soto ("Miguel") y Plutarco Haza ("Dominio") entre otros.

Bracho da vida a "Sacro". "Es un superhéroe tirándole a naco y su objetivo es salvar a la ciudad de "Latinópolis", de un posible desastre y justo con "Caos", emprendemos esa lucha contra la muerte. "Sacro" es un personaje que se caracteriza porque es muy mamila, y yo también a veces soy mamila", aseveró.

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