Los extremos no son buenos. Es igual de peligroso beber poca agua a tomar demasiada. En exceso diluye los electrolitos en la sangre, hay mucho menos sodio en el organismo lo que provoca falta de concentración.
Todos sabemos que beber agua es muy importante para mantenernos saludables.
Sin embargo, no son muchas las personas que ponen en práctica esta costumbre.
Es muy común escuchar la regla de que al menos deben ingerirse dos litros de agua al día; desafortunadamente, se trata de una idea que para muchos significa un verdadero sacrificio.
Por esta razón, actualmente existen otras opciones atractivas para permanecer bien hidratado. Las bebidas a base de agua con sabores añadidos se han vuelto muy populares, colaborando a crear el hábito de beberla, haciéndolo menos “aburrido”.
Las aguas vitaminadas forman parte de esta nueva tendencia; representan una alternativa que ofrece, además de un ligero sabor, una cierta dosis de vitaminas, lo que las convierte en una opción más atractiva que el agua sola. La doctora Aurora León, nutrióloga y experta en nutrición del deporte, nos platica acerca de la realidad que rodea al consumo de estas bebidas.
“Las aguas vitaminadas surgieron hace unos diez años como un medio para unir el consumo de líquido con la ingesta de vitaminas. Se trata de una tendencia que está adquiriendo un gran auge en nuestro país”, dijo la nutrióloga.
El principal beneficio que tiene este tipo de bebidas es la hidratación que proporcionan a las personas que buscan una forma diferente de ingerir líquidos, ya que conjuntan factores atractivos como sabores frutales, refuerzos vitamínicos y una presentación agradable a la vista.
“La gente necesita hidratarse y casi nadie lo hace de la forma correcta. En mi experiencia como nutrióloga, me he dado cuenta que a la mayoría de las personas no les gusta tomar agua sola. Por lo tanto, las aguas vitaminadas pueden incluirse en la dieta diaria como una opción para cubrir las necesidades de líquido de cada individuo”, comentó Aurora.
Los complementos incluidos en sus distintas fórmulas se basan —en su mayoría— en el complejo B y la vitamina C, componentes que todo el mundo necesita. Asimismo, algunas contienen minerales como el potasio, el zinc y el calcio, entre otros.
Existen estudios que demuestran que si las bebidas tienen sabor, las personas las consumen con mayor facilidad. Sin embargo, esto no quiere decir que toda el agua que se ingiera deba estar saborizada.
“Es una gran ayuda. Las necesidades de agua varían de persona a persona. Hay que verlo como una opción, el agua simple es y seguirá siendo más saludable. Estamos hablando, de una elección más para que te acostumbres a estar hidratado. La variedad en la alimentación es la clave más importante para mantener un estilo de vida saludable”, expresó la especialista.
Los extremos no son buenos. Es igual de peligroso beber poca agua a tomar demasiada. En exceso diluye los electrolitos en la sangre, hay mucho menos sodio en el organismo lo que provoca falta de concentración.