Dios Padre era al mismo tiempo padre y dios.
Por muchas razones ser dios es ser un padre.
Y por muchas razones ser padre es ser un poco dios.
Todas las criaturas se dirigían a Dios llamándole así: Padre.
Cuando el hombre y la mujer tuvieron vida le hablaban a su creador con ese nombre: Padre. Con eso mostraban los sentimientos que por él tenían en aquellos primeros años de lo creado: admiración, respeto, y -debo también decirlo- mucho miedo.
Cierto día Dios Padre fue con Adán y Eva y les dijo:
-Quiero pedirles algo.
La mujer y el hombre advirtieron, sorprendidos, que había en la voz del Creador algo de timidez. Le preguntaron:
-¿Qué quieres pedirnos, Padre?
Contestó Dios, suplicante:
-Siquiera por esta sola vez ¿podrían decirme "papá"?
¡Hasta mañana!..