El Creador hizo al hombre.
Luego, ya con más práctica, hizo a la mujer. Por eso le salió mejor.
Cuando los hubo hecho los llamó y les dijo:
- Quiero lo mejor para ustedes. Para que vivan felices voy a hacerles una tierra de leche y miel.
Eva se llenó de júbilo, y dio las gracias al Señor por su bondad.
El hombre, en cambio, nada dijo.
- ¿Qué te sucede, Adán? -le preguntó el Creador- ¿No estás contento?
- Sí, Señor -contestó el hombre- Pero ¿me permites una pequeña sugerencia?
- ¿Qué sugerencia es ésa? -se extrañó el Augusto.
- Señor -respondió Adán- Está muy bien eso de la tierra de leche y miel. Pero ¿por qué mejor no haces una de cerveza y pizza?
¡Hasta mañana!..