Última morada. Desde lujosos mausoleos hasta las más sencillas tumbas que celosamente son resguardadas por bellas esculturas, se encuentran en el Panteón de Lerdo, uno de los más antiguos de la región.
Construido a finales del siglo XIX y considerado como uno de los más antiguos de la Región Lagunera, el Panteón Municipal de Ciudad Lerdo guarda desde leyendas escalofriantes hasta las historias del más puro y tierno amor.
Pero no sólo eso, también alberga las criptas más antiguas y descuidadas de la zona y algunas lucen los nombres más curiosos de la época.
EL RECORRIDO Pese a su antigüedad, el Municipio de Lerdo no cuenta con un registro exacto de las tumbas que guarda el cementerio y mucho menos de la cripta más vieja. Pero El Siglo de Torreón se dio a la tarea de recorrer el lugar hasta encontrar las más antiguas.
Se trata de la tumba de Felipe Chávez, quien falleciera el 13 de enero de 1886. Su condición es deplorable debido al descuido en el que se encuentra, pese a ser una obra artesanal de cantera labrada a mano.
La siguiente data de 1887. Corresponde a Danav de Urquizo. En su lápida se esculpió la leyenda: "su inconsolable esposo le deja este recuerdo... 17 de julio de 1887". Al igual que la anterior, sus condiciones no son las mejores, debido a su antigüedad.
Localizada en uno de los extremos más alejados de la entrada principal del camposanto, ahí yacen los restos de Marcela Amparo. Originaria de Aguascalientes, según lo indica su lápida, murió el 18 de agosto de 1887. Como muchas otras, se encuentra en deterioro y escondida tras las ramas de un viejo árbol.
"Un humilde recuerdo de sus hijos", es la frase que se encuentra grabada en la tumba de Trinidad Urquizo, quien muriera el 10 de agosto de 1888 a la edad de 59 años.
Damiana Gutiérrez y Guadalupe de Aguirre son los nombres que figuran en las tumbas construidas a finales del siglo XIX. La primera data del año 1895 y la segunda del 27 de mayo de 1896.
De acuerdo con empleados del Panteón Municipal, pudieran existir cientos de tumbas con más años de antigüedad, pero que se perdieron en el camino.
Y es que, originalmente el cementerio se localizaba en el rancho de Santa Margarita de Alacoque en 1792, el cual estaba ubicado en los terrenos de lo que ahora es la colonia Cerro de la Cruz y desde el año de 1892, aproximadamente, se cambiaron las criptas hacia la colonia San Isidro, en donde hoy se ubica esta última morada.
LO QUE SE DICE Dentro de los reducidos y viejos pasillos del Panteón se esconden infinidad de historias. Y es que, el lugar no sólo ha sido utilizado como última morada para unos, sino como una herramienta para encontrar el amor.
Enrique Pérez Hernández, sepulturero desde hace más de 11 años, cuenta que durante sus recorridos de limpieza se han encontrado las cosas más "extrañas" entre las tumbas y dentro de ellas.
"En una ocasión recuerdo que nos encontramos a un camaleón lleno de fotografías de hombres, tal vez se trate de un ritual de amor", comenta nervioso el trabajador municipal.
Además, explica que se han topado con un sinfín de frascos llenos de monos de trapo, "algunos con alfileres puestos y con fotografías amarradas, generalmente son más las de hombres que las de mujeres las que nos hemos encontrado". Cuando eso sucede, dice, "no queda más que verlos y dejarlos donde estaban".
Pero más allá de brujerías y ritos de amor, el Cementerio de Lerdo guarda otros secretos. Se trata de un túnel que fue excavado dentro de un gavetero. En el lugar aún se puede apreciar el arco de ladrillos como fachada de este camino subterráneo.
El túnel fue tapado y nadie sabe con exactitud hasta dónde comunica, ni para qué fue construido ni por quién.
Muchas son las historias que se cuentan alrededor de él. Como la del titular de la Dirección de Servicios Públicos Municipales, Javier Niave, quien relata que fue construido en tiempos de la Revolución Mexicana para trasladarse a diferentes puntos de la ciudad sin ser descubiertos por los adversarios.
Y es que se dice entre los trabajadores del cementerio, que este pasadizo conduce a la Hacienda de San Fernando y ésta a su vez a la iglesia de San José, ambos sitios ubicados en el corazón de la Ciudad de Lerdo.
EL ÁNGEL DEL AMOR
Al caminar por las calles del Centro de la ciudad, a un costado de la Iglesia del Sagrado Corazón de Jesús, sobresale la presencia de un ángel recargado sobre una cruz.
Esta celestial figura labrada en una sola pieza de mármol de Carrara, Italia, que hasta hace unos años se encontraba en el Panteón Municipal, es el símbolo del amor que don Jesús Gámez sentía hacia su esposa doña Enriqueta Carlota Cabtree y Camacho, quien falleciera en el año de 1918, víctima de la fiebre española cuando esperaba a su segundo hijo. La figura que hoy adorna la esquina de la avenida Sarabia e Hidalgo, fue trasladada en barco desde Italia a México, y el ángel fue colocado en la tumba de Enriqueta y su bebé, que se localizaba hasta el 2004 dentro del Panteón Municipal de Ciudad Lerdo desde el año 1918, y se erige como una verdadera obra de arte.
El Ángel del Amor es buscado por cientos de jóvenes, sobre todo mujeres, para que les conceda el milagro de encontrar a la pareja ideal y casarse. Otras tantas parejas de novios también acuden a él con la idea de que los ayude a fortalecer su relación y poder formar una familia.
Cuando la escultura se encontraba en el cementerio municipal, se le hacía entrega de flores, recados, listones y demás, en forma de agradecimiento por los favores concedidos. Tal ha sido su fama que, de acuerdo a la placa, cientos de personas viajan de diversas partes del país e incluso fuera de él a visitarlo.
"Ha sido reconocido internacionalmente como así lo demuestran los escritos adheridos a uno de los vasos de veladoras, donde se solicitaba por una pareja de novios por su amor eterno y que les concediera llegar al altar. Este papel contenía la fecha y lugar con la que se puede conocer que la pareja era originaria de Dallas, Texas", dice la placa.
LO CURIOSO
Además de encerrar leyendas revolucionarias y de amor, en el panteón de Lerdo también se pueden encontrar los nombres más originales y quizá jamás escuchados en la actualidad.
Eufrasina es uno de ellos. Pero también está el de Marciana, quien a sus 93 años, murió un 13 de agosto de 1988, cuya lápida fue mandada a construir por sus hijos. A diferencia de muchas de las criptas, ésta se encuentra en buen estado.
Los nombres de Fortino y Narciso están grabados en viejas tumbas.
Y como en todo camposanto, éste cuenta con su historia de "aparecidos". Juan Manuel Cortez, con un año de experiencia como sepulturero, se ha llevado grandes sustos recorriendo el lugar, sin importar que sea de día o de noche.
Nervioso, relata que en ocasiones en la bodega de las herramientas, ubicada justo en la entrada sur del panteón, ruidos inexplicables se escuchan en todo momento.
"Recuerdo que en una ocasión, estando cerrada con candado, se escuchaba mucho ruido adentro, como que se caían las cosas, como si alguien estuviera jugando con ellas o aventándolas. Cuando lo escuchamos dijimos, ¡ah, canijo! ¿qué será? Pero no entramos a investigar".
Aunque para muchos el cementerio signifique el lugar del eterno descanso, en el Panteón Municipal de Lerdo, los elegantes mausoleos, las singulares criptas y el sinfín de esculturas que pueden considerarse verdaderas obras de arte, atestiguan la indiferencia de lo que representa este histórico sitio.
ENRIQUE PÉREZ
Sepulturero
JUAN MANUEL CORTEZ
Sepulturero
JAVIER NIAVE
Director Servicios Públicos
Historias escalofriantes y de amor del Panteón de Lerdo: Aunque el Cementerio de Lerdo atesore las más bellas e históricas tumbas, el olvido se apodera del camposanto. (Video de El Siglo de Torreón)