Un día después de la tragedia. La Policía realiza revisiones de manera aleatoria a los pasajeros. AGENCIA REFORMA
Buscaba asesino alertar a la población por el deterioro del planeta.
MÉXICO, DF.- Al rendir sus primeras declaraciones ante las autoridades, Luis Felipe Hernández Castillo, el sujeto que disparó y mató a dos personas en la estación Balderas del Metro, se dijo asiduo lector de la Biblia y de haber encontrado en las escrituras parte de la motivación para viajar a la Ciudad de México y lanzar un mensaje sobre los peligros que enfrenta la población.
Miguel Ángel Mancera, procurador de Justicia del DF, dio a conocer parte de las declaraciones del homicida, así como de la conversación que él mismo sostuvo con ese individuo. "Se refiere al deterioro del planeta, habla de los peligros de la hambruna y cuestiones que pueden afectar a toda la humanidad. Se erige en un momento como un mensajero, como alguien que tiene que difundir esto a toda la población", detalló Mancera, quien agregó que ese individuo no mostraba arrepentimiento.
Durante una entrevista se le preguntó al procurador si ese homicida habría actuado también motivado por el supuesto mensaje que quería dar a su vez el secuestrador del avión de Aeroméxico, Josmar Flores. "Él refiere ese hecho del avión, que todo eso tiene que ver con la carestía, con la situación global y por eso les digo que los discursos son encontrados, porque después habla otra vez del tema de la Biblia y que él es asiduo lector de la misma", agregó.
Aunque las declaraciones de Luis Felipe Hernández se contraponen, el procurador dijo que se le consignará al reclusorio, dentro de las siguientes horas, por el delito de homicidio calificado.
Agregó que por el momento no hay constancia sobre alguna enfermedad mental que afecte a Hernández Castillo y que eventualmente llevaría a un juez a declarar un estado de inimputabilidad hacia este sujeto. "Este individuo nos refiere haber cursado la carrera de veterinaria, lo que se contrapone con la posibilidad de que estuviera enfermo de sus facultades mentales", agregó.
De declararse la inimputabilidad, explicó Mancera, se iniciaría un procedimiento especial de seguridad para internar a Luis Felipe Hernández en hospital psiquiátrico, en lugar de que enfrente una pena de prisión en la cárcel.
ENVÍAN MÁS ELEMENTOS DE LO PREVISTO
La Secretaría de Seguridad Pública capitalina informó que serán mil 600 y no mil 50 uniformados, como se había dicho inicialmente, los que reforzarán la seguridad en el Metro.
Sobre este operativo, Manuel Mondragón, titular de la SSP, dijo que con equipos detectores de metales se harán revisiones en el Metro a hombres y mujeres por igual, pero sobre todo a quienes porten mochilas o bolsas.
Por su parte, Fernando Gómez Mont, secretario de Gobernación, consideró que lo ocurrido el viernes en la estación Balderas es una "tragedia muy particular". Sostuvo que el hecho, como tampoco el secuestro del avión de Aeroméxico reflejan lo que es la ciudad y el país. "No podemos medir al país por datos biográficos de personas muy concretas, dos personas no pueden medir el alma y la disposición de 107 millones de mexicanos", declaró.
La Secretaría de Salud local dijo que de los siete heridos de la balacera, sólo dos permanecen hospitalizados.
Dan último adiós a policía
Desde el helicóptero Cóndor de la Secretaría de Seguridad Pública comenzaron a caer pétalos de rosa.
La aeronave sobrevolaba a escasos 50 metros del suelo y los pétalos caían justo encima de la carroza fúnebre que se preparaba para trasladar al poblado de San Miguel Chicoloapan, Estado de México, los restos del policía bancario Víctor Manuel Miranda Martínez, quien el viernes cayó abatido a balazos en el andén de la estación Balderas del Metro
El uniformado fue el primero en perder la vida a manos de Luis Felipe Hernández Castillo, el sujeto que disparó contra el policía y contra varios pasajeros cuando no pudo terminar de hacer una pinta contra el Gobierno, que dejaría plasmada en las paredes del andén.
Al policía se le rindió un homenaje de cuerpo presente en la explanada del Monumento a la Revolución.
Efectivos del Agrupamiento Fuerza de Tarea dispararon salvas y una banda de guerra entonó el toque de silencio. Al centro de la explanada y flanqueado por policías vestidos de gala permanecía el ataúd con los restos de Víctor Manuel Miranda. En el sonido local se escuchó en tres ocasiones el nombre del policía de 28 años. Con estridencia, el medio millar de uniformados respondió: "¡Presente!".