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Hoyos negros

Jaque mate

SERGIO SARMIENTO

"No creo en los consejos. Todas las enseñanzas dogmáticas pronto envejecen y se quiebran."

Pablo Neruda

Hace algunos días estuve en una comida con gente progresista y simpatizante de Barack Obama. Una me preguntó por qué los mercados no han reaccionado al generoso paquete de rescate del nuevo presidente de los Estados Unidos después de los años oscuros de George W. Bush.

Mi respuesta es que los inversores no son estúpidos. Lo único que ha hecho Obama es mantener el tratamiento de Bush. Pero no se puede remediar una crisis generada por exceso de gasto y deuda aumentando el gasto y la deuda. Poco importa si la medicina la aplica un tejano blanco republicano o un mulato demócrata de Illinois.

Este 26 de febrero Obama mandó al Congreso su presupuesto para el año fiscal 2009-2010 (octubre-septiembre) y un paquete de gastos adicionales para 2008-2009 que Bush comenzó a ejercer. Con las modificaciones de Obama, el gasto gubernamental de este 2008-2009 alcanzará los 3.94 billones (millones de millones) de dólares. De esta cantidad, 1.75 billones no tienen respaldo en ingresos. El ¡44 por ciento del gasto gubernamental será así deficitario! y habrá que contratar deuda para cubrirlo.

Aun si medimos el déficit contra el Producto Interno Bruto, como usual y engañosamente lo hacen los economistas (si yo midiera el mío contra el PIB de México parecería muy pequeño, pero quebraría a mi familia), la cifra sería de 12.3 por ciento (el PIB de Estados Unidos era al cierre de 2008 de 14.2 billones de dólares, según la Oficina de Análisis Económico, BEA, del Gobierno estadounidense). Se trata de un déficit que haría sentir orgulloso a Luis Echeverría y José López Portillo.

No sólo está el Gobierno de Estados Unidos gastando dinero en exceso, y pidiendo prestado para financiar 44 por ciento del total, sino que además lo está usando para propósitos improductivos. Una parte se está dedicando a las guerras en Irak y Afganistán (aproximadamente 170 mil millones de dólares al año, según un testimonio de Robert A. Sunshine, subdirector de análisis presupuestario de la Oficina de Presupuesto del Congreso, 31.7.07). El grueso está en los programas de rescate a bancos y empresas quebrados. Bush y Obama han erogado más de 1.5 billones de dólares en 2008 y 2009 para apoyar a empresas y, supuestamente, rescatar a la economía; pero este gasto no puede generar una recuperación porque se está yendo a hoyos negros.

Citigroup, que recibió ayuda gubernamental en dos ocasiones en 2008 por un total de 45 mil millones de dólares, registró una pérdida neta de 18,720 millones de dólares en 2008 (Citigroup Inc., 16.1.09). Además de la ayuda directa al capital de la corporación, el Gobierno ha tenido que garantizar 306 mil millones de dólares en créditos de difícil cobro (BBC News, 16.1.09) los cuales pueden convertirse en pérdidas adicionales. A pesar de ello, a las 12:30 de ayer Citigroup tenía un valor de apenas 5,500 millones de dólares, contra 277,200 millones de fines del 2006, cuando alcanzó su máximo (Bloomberg).

General Motors (GM), otra de las empresas beneficiarias de la generosidad del Gobierno estadounidense, tuvo una pérdida neta de 30,900 millones de dólares en 2008. La empresa, que en la década de 1950 era la mayor del mundo en cualquier actividad, ha recibido ya 13,400 millones de dólares en préstamos del Gobierno, pero está pidiendo 30 mil millones adicionales. Sus problemas, sin embargo, no son simplemente producto de un año difícil. Entre 2005 y 2008 GM registró pérdidas totales por 82 mil millones de dólares (CNNMoney.com).

AIG, la aseguradora, recibió 150 mil millones de dólares del Gobierno en 2008 y 30 mil más en este 2009, pero en 2008 perdió 99 mil millones de dólares (CNBC). Tan sólo en el último trimestre del año pasado tuvo la mayor pérdida trimestral de cualquier empresa estadounidense en la historia: 61,700 millones de dólares (CNNMoney.com).

¿Por qué no se recuperan los mercados hoy que Barack Obama, un hombre bueno, mulato y demócrata, es presidente? Repito: porque los inversores no son estúpidos. Saben que Estados Unidos incurrió en una orgía de gasto y deuda en los años de Bush y que Obama aplicando la misma medicina en mayores cantidades.

Al final habrá una recuperación, por supuesto, pero ésta se deberá no al paquete de rescate sino al hecho de que los consumidores han empezado ya a ajustar su gasto. El ahorro de los consumidores estadounidenses, virtualmente nulo en los últimos ocho años, alcanzó el 5 por ciento de su ingreso en enero del 2009 (BEA). De ahí vendrá la recuperación, siempre y cuando el Gobierno de Obama no se coma este frágil ahorro con un gasto gubernamental excesivo, deficitario e improductivo.

Me dicen que Paul Krugman, el ganador del Premio Nobel de Economía que desde las páginas del New York Times ha promovido un keynesianismo turbocargado, afirma que la economía no se está recuperando porque Obama no está gastando lo suficiente. Lo mismo pasó en los treinta con Roosevelt, afirma. Pero si un déficit del 44 por ciento no es suficiente, ¿cuál lo será? La escritora Amity Shlaes, autora de El hombre olvidado: una nueva historia de la Gran Depresión, sostiene que las políticas de Roosevelt prolongaron la depresión de los treinta. Lo mismo podría ocurrir ahora con las del dúo Bush/Obama.

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