“Transitemos de la ética de la inocencia
a la ética de la responsabilidad”
Manyra Hernández Sabag
Manyra Hernández Sabag, graduó en la UAL, como abogada, con los más altos honores y le correspondió, por derecho, decir el discurso de graduación que no tiene desperdicio. Les comparto un resumen que seguramente les dejará un agradable sabor de boca.
“Identidad, de acuerdo al diccionario de la Real Academia Española, es el conjunto de rasgos propios de un individuo o de una colectividad, que los caracterizan frente a los demás, pero me atrevo a decir que no tenemos identidad con la familia, con la escuela, con el trabajo, con el país en ocasiones tristemente ni con nosotros mismos. Y es esa la raíz de muchos males, porque cuando no se tiene identidad no se está dispuesto a trabajar en equipo, pues no nos conceptualizamos como parte de un todo. En este mundo de cultura light, entre más individualistas y egoístas somos, mejor encajamos en el sistema”.
“Y afirmo que es la raíz de los males que nos aquejan, porque si tuviéramos identidad comprenderíamos que la pobreza no es un problema exclusivo de los pobres o del Gobierno, sino un problema de la sociedad. Si tuviéramos identidad comprenderíamos que si la familia se desquebraja, el ser humano difícilmente se formará adecuadamente, si tuviéramos identidad asumiríamos que el problema de seguridad que hoy vivimos es consecuencia de nuestras propias acciones y omisiones”.
“(…) vivimos en la ética de la inocencia, (…) buscamos en todo momento encontrar (…) nunca asumimos la parte de responsabilidad que nosotros tenemos”.
“(…) hoy, como nuevos profesionistas, es vital que comprendamos que somos parte de una sociedad y que tarde o temprano nuestras acciones u omisiones repercutirán en ella”.
“Un sabio profesor nos comentaba en clase que no hace falta ir muy lejos para ayudar a la gente, basta con cruzar el Periférico para encontrar gente sedienta de apoyo profesional. Y soy una plena convencida de que ésa debe ser una de nuestras metas; cuando yo entré a estudiar la Licenciatura en Derecho, una de mis principales motivaciones -decía- es ayudar a la gente, y en el transcurrir de la vida, en el paso de ese mundo idealista al realista, nos vamos perdiendo en la cotidianeidad de nuestra rutina dejando de lado esos objetivos iniciales que nos motivaron a tomar decisiones”.
“Pero hoy, a cinco años de haber iniciado este trayecto, deseo en lo personal retomar ese ideal y los invito a que al salir de esta casa de estudios cumplamos fielmente la misión de nuestra Universidad: ´Formar hombres y mujeres de bien que sean agentes de cambio de su sociedad´”.
“(…) hemos sido sumamente privilegiados por Dios, por la sociedad, por nuestra familia. (…) ¿Cuántos, cuántos jóvenes en Torreón, desearían por lo menos una de las oportunidades que nosotros hemos tenido? A veces nos parece tan normal sentarnos a la mesa y encontrar un plato de comida, (…) estrenar un vestido o un traje para una fiesta o es tan cotidiano andar en coche con aire acondicionado o qué me dicen de la normalidad con que solíamos acudir a la escuela. Pero es oportuno y necesario detenernos a reflexionar, pero sobre todo a valorar todos los privilegios de que gozamos; anteriormente he mencionado los materiales, pero cuánta gente desearía siquiera poder caminar con la naturalidad que nosotros lo hacemos día a día. Y es precisamente esa serie de privilegios, la que nos obliga y nos compromete a compartir no sólo lo que tenemos sino lo que somos”.
“(…) no esperemos a ser Presidentes de la República o a ocupar altos puestos directivos (…) para ayudar a nuestra sociedad. México se construye o se destruye, día a día, así que transitemos de la ética de la inocencia a la ética de la responsabilidad, donde nuestro patriotismo vaya más allá del apoyo a la Selección o de la celebración del 15 de Septiembre (…)”.
“No nos asustemos, esta casa de estudios, nuestra Universidad nos ha formado con las herramientas necesarias para enfrentar el mundo que a partir de mañana nos corresponde vivir. Mañana estaremos en el supuesto de independencia que tanto se anhela y que cuando se llega se quisiera regresar a las épocas de los exámenes, de las exposiciones, de los trabajos de investigación”.
“Pero como dicen mis colegas abogados, la pensión se terminó (…)”
“Hoy nos corresponde ser responsables de nosotros mismos y retribuir a todos aquellos quienes han sido nuestro respaldo para ser hoy quienes somos. Seamos siempre agradecidos con quienes nos han formado y han influido en nuestras vidas.”
¿Le parece reconfortante saber que estos jóvenes, al graduar, se incorporan a la vida productiva de la región, representándonos una verdadera renovación de esperanza, que nunca debemos perder, confiando en el cambio de nuestras condiciones sociales y superando los problemas que nos aquejan?
¿Está de acuerdo?
ydarwich@ual.mx