La Iglesia Católica comenzó el lunes la recolección de 100 mil firmas en contra de la despenalización del aborto.
Religiosos y activistas aprovecharon la celebración de la Semana Santa para activar sus planteamientos a favor de que se mantenga la propuesta del artículo 30 de la Reforma Constitucional que se discutirá este año y que dicta que "el derecho a la vida es inviolable desde la concepción hasta la muerte".
También piden porque se mantenga el artículo 44 que indica que "el matrimonio de un hombre y una mujer es el fundamento legal de la familia".
"Sabemos que hay médicos carniceros, hay legisladores que les gusta también mercadear con la vida, hay gente que tiene autoridad que vive de eso, entonces lo que no pensamos así pues estaremos de frente siempre de frente, chocando", aseguró el cardenal Nicolás de Jesús López Rodríguez.
Grupos feministas, la Coalición de Organizaciones No Gubernamentales y algunos legisladores se han pronunciado a favor de la despenalización del aborto, especialmente en los casos en que esté peligro la vida de la madre.
"El aborto es una pena de muerte, quieran o no quieran reconocerlo, o sea que una criatura que está en el vientre de su madre que nadie le pidió opinión para meterlo ahí, sino que papá y mamá fueron los responsables de eso, por consiguiente a él no se le pidió opinión para concebirlo, entonces ¿por qué lo van a matar ahora inconsultamente?", manifestó López Rodríguez.
El actual código penal dominicano establece que toda mujer está obligada a llevar a término un embarazo, aunque ponga en peligro su salud y/o pueda causarle la muerte.
El proyecto del nuevo código penal plantea, entre otros aspectos, permitir el aborto en caso de que el embarazo hubiera ocurrido por una violación.
República Dominicana, junto a Chile, Honduras, Filipinas, Somalia, Haití, Andorra y El Vaticano, forman parte del grupo de estados donde se prohibe el aborto de modo total y sin admitir causal de excepción alguna.
Los grupos por la despenalización argumentan que República Dominicana registra una de las tasas más altas de aborto en América, a pesar de que se considera criminal cualquier tipo o interrupción de embarazo.
En la nación caribeña se registran cada año 82 mil abortos, y casi la décima parte ocurren en adolescentes entre 10 y 15 años, según una investigación del Centro de Estudios Sociales y Demográficos.
