Impacta crisis en alimentación
Prevén especialistas aumento de enfermedades crónico degenerativas por mala alimentación.
MÉXICO, DF.- Casi uno de cada 10 hogares mexicanos reportó al INEGI haber dejado de comer al menos un día por falta de recursos económicos para adquirir alimentos.
Resultados preliminares del Módulo de Acceso a la Alimentación incluido por primera vez en la Encuesta Nacional de Ingreso y Gasto de los Hogares (ENIGH) 2008, indican que una porción significativa de los consultados reconoció haber reducido su consumo de comida por dificultades económicas.
"En los últimos tres meses, por falta de dinero o recursos, ¿alguna vez usted o algún adulto de este hogar sólo comió una vez al día o dejó de comer todo un día?", indicaba una de las preguntas aplicadas.
El 9.9 por ciento de los encuestados respondió que sí.
"En los últimos tres meses, por falta de dinero o recursos, ¿alguna vez usted o algún adulto de este hogar comió menos de lo que usted piensa debió comer?", señalaba otra pregunta.
La respuesta positiva alcanzó en este caso el 24.5 por ciento.
El módulo reveló que en 31 por ciento de los hogares se consideró que los menores de 18 años tuvieron una alimentación basada en poca variedad de productos.
Los resultados de la ENIGH 2008, por otra parte, indican que los hogares mexicanos gastaron en promedio 2 mil 500 pesos al mes en la compra de alimentos.
La cifra, sin embargo, se redujo a mil 327 pesos en el 20 por ciento más pobre de los hogares y se elevó a 4 mil 9 pesos en el 20 por ciento más rico.
De los hogares más pobres, sólo una tercera parte compró carne de res en el trimestre previo a la encuesta. Los que lo hicieron gastaron en promedio 219 pesos al mes en ese alimento.
En el caso de los hogares más ricos, dos terceras partes declararon haber comprado carne de res y gastaron 433 pesos al mes.
El gasto en tortillas, en tanto, se elevó de 138 a 187 pesos al mes en los hogares más pobres entre 2006 y 2008, como consecuencia del incremento en el precio del alimento.
Para el conjunto de los hogares, el gasto en verduras y legumbres se redujo de 326 a 212 pesos al mes en el mismo periodo.
Héctor Nájera, investigador del Observatorio de Política Social, consideró que los resultados de la ENIGH confirman una tendencia al deterioro en la cantidad y calidad de alimentos consumidos por los sectores más pobres.
"Las cifras demuestran que el derecho a la alimentación está en riesgo en muchos hogares mexicanos y ésto se acrecentó con la crisis económica", apuntó en entrevista.
NUTRICIÓN
Simón Barquera, investigador del Instituto Nacional de Salud Pública, advirtió que la mezcla de crisis económica y falta de educación nutricional podrían elevar a mediano plazo la incidencia de enfermedades degenerativas.
"La comida que es más sana por lo regular es cara, pero si a eso aunamos que la población tiene una mala cultura de la alimentación podríamos decir que el número de enfermedades degenerativas va a ir en aumento de una forma escandalosa", comentó en entrevista.
Por su parte, María Elena Téllez, especialista de la Escuela de Dietética y Nutrición del ISSSTE, advirtió que los ajustes en la dieta de los hogares más pobres provocados por la crisis podrían provocar, paradójicamente, mayores tasas de obesidad.
"Las personas que no tienen los recursos necesarios, las familias más pobres, buscan llenarse más con complementos como la tortilla, el pan o comiendo más arroz o frijoles", comentó.
"De seguir el problema de la pobreza y la falta de consumo de alimentos necesarios para el cuerpo, estaremos viendo en unos meses el aumento de enfermedades crónico degenerativas como la diabetes o la hipertensión".