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Imperan la inseguridad y la violencia en Cuencamé

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Cuencamé

Con el “levantón” del Comisariado del ejido Severino Ceniceros vuelve a sentirse un clima de terror generado por la delincuencia en un estado de impunidad, pues operan a manos libres sin autoridad que lo impida, señalan los comerciantes del lugar.

La inseguridad se recrudecen luego de casi 15 días de permanencia de un destacamento de militares.

Comando armado

El jueves pasado se conoció que un grupo de sicarios “levantó” a Enrique Lira Moreno, dirigente del ejido productor de bentonita, cuyo hecho no ha sido ratificado por familiares ni en la oficina donde labora, solamente se concretan a señalar: “no ha llegado. Tampoco sabemos dónde anda”. La oficina del Agente del Ministerio Público y la DEI permanece cerrada desde el viernes.

El pasado viernes entre las 11:00 y 13:00 horas personal de la Procuraduría General de la República hizo acto de presencia en las oficinas del ejido para iniciar las indagatorias sobre la desaparición de Lira Moreno.

La ola de violencia y terror en esta ciudad se desató el 25 de agosto de 2008 con el asesinato del comandante de la Dirección Estatal de Investigación, José Ramón Escamilla, en el cuartel de la corporación, luego vendrían secuestros y “levantones” donde pocos viven para contarlo.

El clima de violencia hizo pausa durante la estancia de un destacamento del Ejército, pero una vez que se marcharon volvió a recrudecerse el estado de inseguridad.

Cronología

Despues del crimen de Escamilla, el 15 de diciembre “levantan” del interior de su casa a Prisciliano Favela y al mayor de sus hijos, puestos en libertad días después; el 6 de enero del presente año con lujo de violencia “levantan” de su casa a Ateseo Guevara, sin que hasta la fecha se sepa su paradero.

El 15 de enero “levantan” a Ismael González, a su hijo y a su hermano Félix, puestos en libertad días después; el 30 de enero del bar “El Bicho” grupo armado “levanta” a Pablo Esparza Cháirez, sin que a la fecha se sepa de su paradero.

Enfrentamiento

El 6 de febrero del mismo bar son “levantados” por sicarios los hermanos Jovanna y Manuel Esparza Cháirez, además de su brazo derecho apodado “El Jimmy”, minutos después en un hotel en la salida a Torreón intentan llevarse al dueño, registrándose un enfrentamiento a balazos, resultando lesionado un menonita que se encontraba hospedado.

El 12 de febrero acuden elementos del Ejército, patrullan las calles de Cuencamé y ese mismo día se retiran; el 14 de febrero seis patrullas de la Policía Federal vigilan la ciudad, pero también ese mismo día se van.

Delincuencia, en auge

Un comando armado el 20 de febrero “levanta” a Brenda Irungaray del bar “El Tenampa”, hasta la fecha no se sabe su paradero, ese mismo día son baleadas las camionetas de Josefa Serna, madre de Víctor Rosales Serna, coordinador estatal de Onappafa, y de Manuel de Santiago resultando heridos los hermanos Campillo Mier y Gabriela Adame Marmolejo.

El 7 de marzo presuntamente los miembros del crimen organizado hacen acto de presencia en el hotel Real de Cuencamé.

Vanos esfuerzos

El 14 de marzo el Ejército insta un retén y el 26 se retiran de Cuencamé los militares; 26 de marzo “levantan” al comisariado del ejido Severino Ceniceros; personal de la PGR recorre en tres patrullas las calles de Cuencamé. La ciudadanía no ve resultados, la violencia continúa y la psicosis de terror se apodera de los hogares.

Al parecer los sicarios esperaron el retiro de los militares para reiniciar los secuestros.

En Cuencamé. La Policía reconoce estar en desventaja frente a los miembros del crimen organizado, carecen del equipo adecuado.

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