La elección de candidato priista a gobernador de San Luis Potosí, y la designación del aspirante del PAN al Gobierno de Nuevo León no han sido bien aceptadas por los contendientes en la disputa interna o por militantes distinguidos. Difícilmente las impugnaciones o inconformidades harán variar las decisiones ya asumidas: Fernando Toranzo abanderará al PRI en San Luis y Fernando Elizondo lo hará con el PAN en Nuevo León.
Toranzo se impuso por sorpresa a sus antagonistas el senador Carlos Jiménez Macías y el diputado Jesús Ramírez Stabros, que durante el segundo semestre del año pasado disputaron la candidatura tricolor. Aquél mostraba los resultados de encuestas en que aparecía como el mejor situado en las preferencias preelectorales. Éste contaba con el apoyo de Emilio Gamboa Patrón, que se tradujo en la militancia a su favor de los alcaldes priistas en San Luis. Ambos quedaron chasqueados: en diciembre, apenas un mes antes de la elección interna Toranzo se sumó a la contienda y venció a sus compañeros. Ninguno de los dos se avino al resultado. Ramírez Stabros lo impugnó ante el órgano interno de justicia. Jiménez Macías lo descalificó políticamente. Ambos alegaron trampas e irregularidades como las que antaño denunciaba la Oposición al PRI, en San Luis mismo. Si sus quejas y denuncias corresponden con la verdad concluimos que en el PRI es verdad que "genio y figura hasta la sepultura".
Ramírez Stabros inició dos procedimientos para anular la elección del 18 de enero. Una contra el cómputo de los votos y otro por la entrega de la constancia de mayoría a Toranzo. Reprocha a éste incumplir con su obligación estatutaria de entregar un porcentaje de su sueldo como funcionario al partido, y de utilizar recursos públicos en su proselitismo: mostró la foto de una camioneta de la Secretaría de Salud ante la casa de campaña del candidato victorioso, que era titular de ese ramo en el Gobierno panista de Marcelo de los Santos. También adujo la desaparición de miles de boletas, la sustitución de funcionarios y la desaparición de casillas que, como por arte de magia, en un momento estaban allí y al rato ya no estaban. También figura en su alegato una denuncia rutinaria en la época del monopartidismo tramposo: compra de sufragios y acarreo de votantes.
Jiménez Macías, por su parte, rehusó acudir a la justicia interna y anunció que participará en la campaña de su partido, pues "jamás propiciaré su derrota". Eso no obstante, denunció "la imposición y el arreglo", el "clientelismo y la compra de votos", "la chicana y la corruptela", el "acarreo y las mentiras", los votos canjeados por puestos y financiados con la desviación de los fondos públicos".
Jiménez Macías quedó en tercer lugar en la contienda, muy lejos los suyos del número de votos del ganador. No persuadió a los potosinos su proclamada adhesión a un nuevo PRI, "un partido renovado
Reproches de parecido talante, aunque en circunstancias muy diferentes se esparcen ahora en Nuevo León. Están dirigidos al presidente nacional del PAN, Germán Martínez. El comité nacional que encabeza resolvió que la candidatura al Gobierno Estatal la atribuyera ese propio órgano y no el voto de los panistas (activos y adherentes) y ni siquiera una convención estatal de delegados. En una decisión que se muestra paradójica, pues produce división interna, algo que la decisión desde la cúpula parecía poder evitar.
Asumida la decisión de hacer candidato a Fernando Elizondo apenas el miércoles pasado, no era definitiva la actitud de los aspirantes Fernando Margáin y Adalberto Madero, anuentes al parecer, contra su derecho y convicción, al escogimiento de Elizondo y a hacer candidato a alcalde de Monterrey a Fernando Larrazabal, que de ese modo carece de motivos para impugnar una designación de que se hubiera deseado beneficiario.
Militantes distinguidos del panismo, en cambio, se revolvieron contra el modo de llegar a ese resultado. Sobresalen por su inconformidad Fernando Canales Clariond y Mauricio Fernández, ambos candidatos a la gubernatura de Nuevo, victorioso en su contienda contra Natividad González Parás el primero, derrotado en la suya el segundo, ante el propio González Parás.
El jueves 5, Fernández declaró que "las últimas 48 horas han sido las más tristes de mi vida", contundente afirmación que pone a ese lapso por encima de las horas de su propia derrota de julio de 2003. El martes anterior Germán Martínez había conseguido consumar el designio que se atribuye al presidente Calderón de hacer candidato a Elizondo. En Martínez centró Fernández su duelo, su indignación, su desilusión: "es un joven sin experiencia política, que no tiene de edad el tiempo que yo llevo militando en el partido". Además de sus palabras expresó su descontento con su renuncia al consejo estatal panista, pero no al partido mismo.
Canales Clariond, que designó a Elizondo tesorero de su Gobierno en 1997 y fue sustituido por el ahora candidato, no cuestiona a la persona sino al procedimiento, y buscará anularlo en instancias judiciales.