MÉXICO, DF.- Por prometer buenos sueldos en la pesca de salmón y cangrejo, Alaska se ha convertido en un lugar al que cada año llegan para trabajar 39 mil personas de origen hispano, según el Pew Hispanic Center.
De los latinos que residen ahí, 23 mil son de origen mexicano y de éstos, 24 por ciento -alrededor de cinco mil 500- nació en México.
Estos paisanos residen de manera legal en Estados Unidos, pero sus condiciones laborales no siempre son respetadas.
"En Alaska, el patrón puede tener la idea de que es un mexicano que está muy lejos de su país, que está en una situación de aislamiento y que puede tomar ventaja y abusar de sus derechos laborales", señala el oficial de protección consular en Anchorage, Pedro Rodríguez.
"Estamos saliendo a buscar estas áreas de oportunidad, identificar los casos laborales en los que se puede intervenir".
Aunado a las duras condiciones climatológicas de Alaska -llegan a trabajar hasta 15 grados bajo cero en el invierno-, los mexicanos deben soportar la falta de pago de horas extra y otros abusos de sus empleadores.
"Hemos identificado casos en los que se les obliga a trabajar más de 17 horas diarias y que el trabajador por estar viviendo en las instalaciones de la empresa, muchas veces son buscados por el guardia y los obligan físicamente a trabajar", comenta Rodríguez.
"El salario mínimo es de 7 dólares, el atractivo es que se les va a pagar 12 dólares como mínimo y muchas veces hay incumplimiento de esto".
El Consulado de México en Anchorage abrió sus puertas el 1 de febrero de 2009 y desde entonces ha comenzado a interceder por los mexicanos cuyos derechos laborales son violentados.
El Consulado y la Autoridad de Higiene y Seguridad Laboral de Alaska trabajan en propuesta de un acuerdo de cooperación para realizar visitas conjuntas a los centros de trabajo y orientar a los trabajadores sobre sus derechos laborales.