El campeón Toluca no pudo hacerle gol en 180 minutos a los Indios de Ciudad Juárez, por lo que fueron eliminados de la liguilla del futbol mexicano, donde la Tribu se instaló en la fase de semifinales y jugarán ante el favorito Pachuca. (Jam Media)
Caen los Diablos; Ciudad Juárez va a semifinales.
Toluca, Edo. De México.- Aún con su dolor, la afición escarlata rindió una ovación a Héctor Hugo Eugui, mientras que los Indios celebraban la hazaña de eliminar al monarca en su propia casa. Parte de aquellos Diablos Rojos que se coronaron en la temporada 1974-1975, Eugui tiene un lugar en el corazón de los seguidores rojos, por más que este domingo hiciera pedazos sus sueños de ser bicampeones.
Ya lo sentenciaría el estratega uruguayo tras el 0-0 (1-0 global) que le dio a los fronterizos el boleto a la semifinal: "este equipo quiere jugar hoy". Porque no tiene mañana. Así ha vivido a lo largo de un torneo que empezó con la premisa de evitar el descenso y ahora está a dos juegos de la final.
Y lo ha logrado con un futbol poco vistoso, salpicado de marrullerías, pero altamente efectivo, en el que un gol basta para alcanzar el objetivo.
Su premisa era no recibir tantos del Toluca y lo consiguió después de 180 minutos. Algunas veces por la buena ubicación de su zaga, pero otras por la inusual falta de contundencia de Héctor Mancilla.
Por si fuera poco, los postes jugaron de su lado. Los mexiquenses estrellaron cuatro balones en la serie, dos ayer, cuando la Tribu ya había superado el vendaval de los primeros 20 minutos.
Eugui sabía que el campeón buscaría emparejar el global lo antes posible y pudo hacerlo, pero el ariete chileno se equivocó a la hora cero.
Lo que no hicieron Javier Malagueño y Juan de la Barrera, esas "torres gemelas" que resguardan a Cirilo Saucedo, quien resolvió todas las opciones creadas por los Diablos.
Indios siempre estuvo consciente de que salir vivo del Nemesio Díez representaría sufrimiento y llegó preparado para recibir el embate de una máquina roja que dejó de funcionar antes de que acabara el primer tiempo.
"El futbol hay que disfrutarlo, con los dientes apretados, pero hay que disfrutarlo", expresó el entrenador de la Tribu, quien padeció cada ataque del rival en la diminuta zona técnica de La Bombonera, esa que le rindió pleitesía a un hombre que hizo historia en el Toluca y comienza a labrarla en un club que, perfectamente consciente de sus virtudes y limitaciones, mandó al infierno a unos Diablos que ya saboreaban una nueva semifinal.
Caen los Diablos; Ciudad Juárez va a semifinales
Hernán Cristante y Antonio Naelson encontraron en Marco Antonio Rodríguez al blanco perfecto para descargar su frustración. Después de la expulsión al arquero y a Héctor Mancilla, de camino al vestuario, el guardameta y Sinha patearon la puerta del camarín de los jueces durante algunos segundos.
Caen en su juego
"Siempre que nos pitas, te agrandas", gritó Cristante, cuyas acciones quedaron asentadas en la cédula del árbitro, al igual que el intento de agresión por parte del goleador chileno hacia los integrantes de la cuarteta encargada de impartir justicia.
El portero argentino abandonó el Nemesio Díez sin dar una opinión sobre el trabajo de Rodríguez.