"Que no me digan que un presupuesto equilibrado es una posición de derecha o de izquierda: un presupuesto equilibrado es una exigencia de una economía bien administrada."
Ricardo Lagos
Bill Clinton se dio cuenta de inmediato y por eso, a pesar de ser miembro de ese Partido Democrático que los republicanos consideran del tax and spend, de "los impuestos y el gasto", tomó medidas para eliminar el elevado déficit de presupuesto heredado de George Bush, padre. Clinton logró su objetivo de común acuerdo con el Congreso y obtuvo un superávit de presupuesto que permitió ocho años de crecimiento sustentable sin inflación ni desequilibrios financieros.
George W. Bush, pese a siempre presentarse políticamente como un conservador, nunca comprendió cómo funciona la economía. Con una irresponsable avalancha de gasto público, agravada por recortes de impuestos que ampliaron el déficit, ayudó a generar la actual crisis que afecta a la economía de su país y del mundo.
En un principio Barack Obama tampoco parecía entender la naturaleza del problema. Su solución a una crisis provocada por el exceso de gasto y de deuda era ofrecer "más de lo mismo" que Bush: más gasto y más deuda.
Pero al parecer ha empezado ya a entender las raíces del desastre económico. Este sábado pasado, en su plática semanal de radio e Internet, tocó por fin el meollo del asunto: "No podemos generar un crecimiento sostenido -dijo-- si no controlamos el déficit".
Obama señaló en esa plática que planea, para el final de su Gobierno en el 2013, reducir a la mitad el déficit presupuestario heredado de Bush. Este faltante se calcula ahora en 1.3 billones (millones de millones) de dólares para el año fiscal que está corriendo del 1ro de octubre de 2008 al 30 de septiembre de 2009, aunque algunos analistas piensan que la tinta roja podría subir hasta a 2 billones de dólares en este año.
Aun si Obama logra disminuir el déficit a 600 mil millones de dólares en el 2013 como pretende, estaríamos hablando de una cifra sin precedentes hasta este año fiscal. A partir de ayer Obama empezó el complejo trabajo político de determinar dónde empezar el recorte.
En una reunión con gobernadores señaló: "No podremos ni trataremos de sostener de manera indefinida un déficit como éste
Para empezar, dijo el presidente Obama, el déficit debe transparentarse. El presidente Bush escondió una parte importante del faltante presupuestario al separar el gasto de las guerras en Iraq y Afganistán de las cifras oficiales del presupuesto, como si el gasto militar no fuera gasto.
Obama prometió que en el presupuesto 2009-2010 que se someterá al Congreso esta semana, y que será ejercido a partir del próximo 1ro de octubre, habrá una total transparencia en el monto del déficit. Por lo pronto hoy en la noche el presidente ofrecerá su primer informe de Gobierno. Será poco lo que pueda decir sobre lo realizado en un mandato que tiene poco más de un mes, pero se espera que cuando menos exponga el verdadero y desastroso estado de las finanzas públicas tras ocho años de irresponsabilidad del Gobierno de Bush y que apunte hacia un camino de enmienda del mal comportamiento fiscal de su país. Los inversores saben que no será fácil recortar un déficit tan elevado como el que hoy tiene Estados Unidos. De hecho, la gran preocupación inmediata de los mercados es que el déficit siga aumentando conforme los políticos tratan de rescatar bancos y empresas quebradas, como lo han venido haciendo en los últimos meses. Ayer hubo, de hecho, una caída generalizada de los mercados bursátiles de Estados Unidos, el cual se contagió al resto del mundo. Los principales índices de Norteamérica cayeron a niveles no vistos en 11 años.
La historia nos dice, sin embargo, que el primer paso para resolver cualquier problema es el reconocimiento de su naturaleza. Durante meses el presidente Bush consideró que la forma de resolver la crisis era arrojarle más dinero.
El gran temor con Obama hasta este fin de semana es que no parecía entender realmente la naturaleza del problema. Hoy, por lo menos, está ofreciendo una visión de que ha entendido la razón de por qué todas las inyecciones de dinero no han servido para resolver un ápice de la crisis. El conocimiento no es mucho, quizá, pero es más de lo que Bush ofreció en ocho años de irresponsable Gobierno.
Una vez más el peso se ha devaluado. Ayer alcanzó nuevamente los 15 pesos por dólar. Sin embargo, no todas las divisas del mundo en desarrollo están cayendo, por lo menos no con la misma velocidad que el peso. El peso chileno se cotizaba ayer en 619 unidades por dólar. Al cierre del 2008, el 30 de diciembre, se encontraba en 629 (Banco Central de Chile, Base de Datos Estadísticos). En otras palabras, la divisa chilena se ha fortalecido frente al dólar en lo que va del año a pesar de toda la turbulencia financiera internacional. Los inversores claramente ven riesgos más pronunciados en México y encuentran menos atractiva la divisa mexicana.
