Más de un cuarto de siglo lleva invertido la ciudad de Nueva York en intentar vender un cementerio de Brooklyn con seis mil 500 tumbas ocupadas, uno de los pocos camposantos que siguen siendo de propiedad municipal en la Gran Manzana.
El Ayuntamiento de Nueva York quiere salir del negocio funerario, pero no encuentra comprador que se deje seducir por las cualidades de las más de cinco hectáreas del cementerio de Canarsie, que lleva en venta desde los años 80 y que protagoniza ahora un anuncio que se puede leer hoy en la página web de la ciudad.
"El Departamento de Servicios Administrativos de Nueva York (DCAS, por su sigla en inglés) acepta propuestas de compra sobre el cementerio de Canarsie", dice el aviso con el que la administración de Michael Bloomberg, alcalde la ciudad, busca tener más fortuna que las de sus predecesores Edward Koch y Rudolph Giuliani.
Ni Gilulini ni Koch consiguieron vender el espacio en los años 80 y 90, respectivamente.
La necrópolis, en la que aún hay espacio para tres mil nuevos inquilinos, llegó a manos municipales después de que la Gran Manzana se anexionara hace más de un siglo la localidad de Flatlands, que desde entonces forma parte del barrio de Brooklyn.
"La ciudad heredó este cementerio hace más de cien años y siempre ha reconocido que lo mejor para todo el mundo es que su propiedad fuera transferida a un operador sin ánimo de lucro", sostiene la directora del DCAS, Martha Hirst, en un comunicado.
El mayor inconveniente que ha encontrado la ciudad para vender Canarsie es que la legislación del estado de Nueva York contempla precisamente que los potenciales compradores del cementerio sean entidades sin ánimo de lucro, que ya se dediquen al negocio funerario y que ya operen dentro de las fronteras del estado.
Esos requisitos parecen demasiados para los compradores, aunque la ciudad ha informado que hasta hoy hay cuatro empresas interesadas en adquirir el campo santo, a la espera de que a finales de mes se cierre el plazo para presentar ofertas y ya en septiembre se informe del resultado de las mismas.
Otros estados del país que contemplan medidas similares para sus cementerios son Connecticut, Massachusetts, Maine, Nueva Jersey y Wyoming.
El Ayuntamiento de Nueva York no posee ningún otro cementerio, además de Canarsie, que aún esté en funcionamiento, ya que los grandes campo santos donde se siguen enterrando a los neoyorquinos son propiedad de distintas entidades.
La ciudad, sin embargo, sí supervisa el cuidado de una docena de pequeños cementerios, unos más históricos que otros, que se pueden encontrar dentro de sus cinco barrios y donde ya no se sepulta ningún cuerpo desde hace años.