Soldados llegan a la calle de Paseo del Pozo, en la colonia La Rosita, para resguardar las casas que fueron aseguradas por autoridades federales. Los residentes prefirieron alejarse de sus casas el viernes, al día siguiente de la balacera de Año Nuevo.
Denuncian vecinos que fuerzas federales saquearon casas durante cateos .
La Procuraduría General de la República (PGR) anunció ayer que investigará el caso de la balacera de Año Nuevo entre un grupo armado y fuerzas federales en la colonia Campestre La Rosita, luego de que personal de la Subprocuraduría para la Investigación de la Delincuencia Organizada (SIEDO) llegó a Torreón para las primeras indagatorias.
LA PGR abrió ayer la averiguación previa AP/PGR/COAH/TORR/AG-11/02/2009 en contra de Alberto Fuentes Quiroz y Martín Domínguez Alonso, las dos personas detenidas tras el choque a balazos y granadas que duró más de tres horas y que causó conmoción en la Comarca Lagunera. La PGR no confirmó si hay más personas detenidas o que hayan muerto en el enfrentamiento.
Los detenidos son acusados de delincuencia organizada, posesión de armas de fuego de uso del Ejército y tentativa de homicidio. Fuentes Quiroz y Domínguez Alonso fueron detenidos en la calle de Paseo del Pozo, en La Rosita, donde fueron aseguradas dos casas de seguridad.
Las fuerzas federales también aseguraron dos rifles AK-47 (“cuerno de chivo”) y uno R-15 así como una pistola calibre 22, diez cargadores y más de mil 700 balas de diferentes calibres.
También había 9 uniformes con siglas de la Secretaría de Seguridad Pública de Coahuila, de la Policía Federal Preventiva (PFP) de la Agencia Federal de Investigación (AFI) y del Ministerio Público de la Federación.
En la casa también había una camioneta Cherokee blanca, al parecer blindada, un auto VW Polo color arena, un Ford Mercury y una camioneta Ford Lobo.
El área permanecía ayer fuertemente resguardada por soldados y agentes federales y a los callejones sólo se permitía el acceso a las personas que viven ahí, aunque muchos de los residentes prefirieron no ir a sus casas.
Uno de los vecinos relató que pudo ir a mediodía a comer a su casa, pero tuvo que estacionar su carro a unas cuadras de distancia para llegar caminando y mostrar identificación oficial a los agentes para entrar al callejón.
Algunos vecinos reportaron que al catear sus casas durante y después de la balacera del jueves, elementos del Ejército y agentes federales se llevaron objetos de valor como joyas, computadoras portátiles y dinero.
Sin embargo, hasta ayer sólo una denuncia por estos hechos había sido presentada en la Procuraduría de Justicia de Coahuila, aunque vecinos reportaron que crecía la indignación entre los habitantes de los paseos Del Pozo y Del Tesoro, donde fueron los cateos.
La Secretaría de Seguridad Pública informó que son ocho los agentes federales lesionados durante la balacera. Dos están graves y fueron operados por heridas producidas por esquirlas de granadas de fragmentación.
Además de personal de la SIEDO, también arribaron ayer a Torreón funcionarios de la Secretaría de Seguridad Pública federal. Los agentes valoraron el caso y decidieron que fuera la delegación de la PGR en Coahuila la que investigara la balacera y a los detenidos.
En cuanto al Ejército, el General Salvador Rodríguez Orozco, comandante de la Sexta Zona Militar, dijo que existe coordinación con autoridades locales y que los militares apoyarán en la vigilancia de la ciudad.
Sobre las armas decomisadas, dijo que “nos hablan de la peligrosidad de este tipo de organizaciones criminales”.
‘Escondidos en un closet’
Testimonio de un vecino de la casa donde el jueves primero un grupo armado se enfrentó a balazos y granadas con fuerzas federales.
“Estaba jugando X-Box en la casa y de repente se oyó una explosión. Pensé que había tronado un transformador, pero luego se empezaron a escuchar ráfagas de balas, como media hora. Luego se calmó, luego otra vez. Pasaba un ratito calmado y otra vez.
“La granada fue lo que abrió el ‘show’, pero no sabíamos exactamente dónde quedaba el tiroteo. Vivimos a dos casas de donde fue. En la casa estábamos cuatro personas y yo. Estuvimos escondidos en un closet sin ventanas como tres horas y de repente alguno salía a asomarse a ver qué pasaba. Era un relajo, había gente en la cuadra de enfrente, en las azoteas, hablaron vecinos para decir que tuviéramos cuidado.
“Se escuchaban pasos en la azotea y tuvimos miedo de que alguien fuera a escapar o a meterse. Luego vimos en las noticias que habían sido policías los que estaban en la azotea.
“En el closet nos quedamos como de tres y media a las seis y media. Como a esa hora llegaron los AFIs y preguntaron que si podían pasar a revisar. Se portaron amables, checaron los cuartos, el jardín, la azotea y se fueron. Nos dijeron: ‘Aléjense de las ventanas, no salgan, no le abran a nadie”’.
“Como que no te la crees, no crees que pasen esas cosas donde vives. Estábamos entre el susto y sacados de onda, como en las películas. Era un ‘raca-taca-taca’ de la chin...”.
