Protestas.Una gran parte de la población iraní está inconforme con el nuevo Gobierno.
La Policía de Irán amenazó ayer con actuar con más dureza contra futuras manifestantes de la Oposición y admitió que aún hay unas 300 personas detenidas desde las protestas del domingo pasado, que dejaron por lo menos ocho muertos.
"La era de tolerancia se acabó", dijo el jefe de la policía iraní, general Ismail Ahmadi Moghaddam, quien agregó que el número de arrestados podría ser mucho mayor porque miembros de las milicias Basij y agentes de Inteligencia habrían realizado otras detenciones.
"En las protestas anteriores, la Policía demostró cierta debilidad. Pero dado que éstas buscan derrocar al Gobierno, no habrá piedad. Nuestras acciones serán más severas. Todo el que asista a tales manifestaciones será aplastado", sentenció.
Precisó que unas 500 personas fueron detenidas, 300 de las cuales permanecen arrestadas, y 120 miembros de las fuerzas de seguridad resultaron heridos durante los disturbios del domingo en Teherán, según reportes de la agencia iraní de noticias Mehr.
Moghaddam explicó que de los policías heridos, 60 aún permanecen ingresados en hospitales, además de que dos vehículos y varias motocicletas resultaron dañadas en las protestas, en las que ocho personas murieron, según el Gobierno, y 15 según la Oposición.
Entre los fallecidos se encuentra el sobrino del líder de la Oposición, Mir Hossein Musaví, quien ayer fue sepultado, de acuerdo con la agencia de noticias Fars.
