Aunque los irlandeses siempre se han caracterizado por ser rejegos, peleoneros, tercos y necios, la verdad creíamos que los acuerdos del Viernes Santo de 1999 habían puesto punto final, lapidario y definitivo, al conflicto que durante décadas ensangrentó a Irlanda del Norte (o Ulster, como le llaman los protestantes fieles a la Corona Británica). Después de todo, hasta esta semana no había muerto un solo soldado británico en esa provincia en los últimos doce años. Así que nadie pecaba de optimismo exacerbado al pensar que la paz era una realidad en esa convulsa región de la Isla Esmeralda.
Pero hete aquí que un par de rufianes armados con rifles automáticos atacaron y asesinaron a un par de soldados británicos que, sin sospechar nada, estaban recibiendo unas pizzas que habían pedido a domicilio
Poco tiempo después se recibió un mensaje en el que una rama disidente del Ejército Republicano Irlandés, el famoso IRA, reclamaba la autoría del atentado. Como decíamos, fue la primera acción violenta en contra de las tropas británicas en una docena de años.
Que el IRA se ha desmenuzado en un montón de facciones a lo largo de su historia es un hecho conocido. Durante años, la violencia más sanguinaria e insensata provenía del Ala Provisional del IRA (los llamados "Provos"), en tanto que el grupo principal negociaba mal que bien con los británicos. Ahora resulta que una nueva facción reaviva el conflicto sectario luego de más de una década de tranquilidad
Lo bueno es que la gente ya se acostumbró a esa paz. Y tanto católicos como protestantes de Irlanda del Norte alzaron la voz, condenando la violencia homicida de los facciosos del IRA. El apoyo popular a éstos, la verdad, parece ser nula. La gente ya está harta del ciclo de venganzas y contravenganzas, y no quiere que las nuevas generaciones crezcan en semejante ambiente.
Lo cual, la verdad, era previsible. Pero entonces, ¿qué pretenden estos facciosos? ¿Cuáles son realmente sus intenciones? Desean reavivar el conflicto, ¿con qué objetivos? ¿Se trata efectivamente de un puñado de loquitos, incapaces de procesar ideas que no sean las radicales que hacen recurrir al bombazo y el atentado?
La verdad, el asunto me da mala espina. Como que en Irlanda del Norte pocas cosas son lo que parecen. Y este atentado está raro, bien raro. O a lo mejor ya me está ganando la conspiracionitis y el sospechosismo. Bueno, soy mexicano, ¿no?