Un comando armado de hombres desconocidos irrumpió en un “narco-velorio” abriendo fuego contra los asistentes, lo que dejo como saldo 3 personas lesionadas de gravedad y un muerto.
La Procuraduría General de Justicia (PGJ) en la entidad confirmó que los hechos se registraron en una quinta ubicada en la comunidad El Cerrito del municipio rural de Allende, Nuevo León.
Las primeras pesquisas de los agentes Ministeriales arrojan que cerca de las 13:30 horas, en dicha ubicación, se encontraban reunidos familiares y amigos de Javier Uriofti (ejecutado en Coahuila en días pasados) dándole el ultimo adiós, cuando de pronto un grupo de hombres armados arremetieron contra las puertas del inmueble, hasta donde el hoy difunto fue trasladado para ser velado y sepultado.
De acuerdo a los testigos que sobrevivieron el ataque, los sicarios, sin previo aviso, abrieron fuego en contra de los presentes logrando dar muerte a una persona del mismo apellido e hiriendo a otras tres.
“Lo primero que hicimos fue tirarnos al suelo y protegernos con lo que se pudiera”, relató un testigo que se identifico únicamente como sobrino del occiso.
Aunque el joven rehusó hacer comentarios sobre su tío (Javier Uriofti), se limitó a confirmar que fue ejecutado en Coahuila en días pasados.
“No sabemos bien que paso, pero nos dicen que lo mataron (en Coahuila) y la policía no ha hecho nada”.
Más que un velorio, perecía fiesta, ya que al momento del ataque los asistentes disfrutaban de la música regional, de bebidas embriagantes y de diversos alimentos que servidos en varias mesas.
Después del ataque armado, al lugar arribaron paramédicos de la Cruz Roja para auxiliar a los heridos, uno de ellos trasladado al hospital La Carlota del municipio rural de Montemorelos, mientras que el hombre ejecutado será trasladado al Servicio Médico Forense para practicarle la autopsia de ley y confirmar su identificación.
La finca fue acordonada y es resguardada por policías ministeriales, de Seguridad Pública y de la Policía Estatal de Caminos.
Los peritos investigadores localizaron más de una veintena de casquillos de armas de grueso calibre, además de botellas con bebidas embriagantes y múltiples destrozos en el lugar.
Información oficial indica que Javier Uriofti era el propietario de varias hectáreas de terreno donde tenía un criadero de caballos pura sangre, además de disfrutar de todos los lujos que el dinero puede comprar.