La misión, uno de los hitos de la carrera espacial japonesa, ha costado 55 mil millones de yenes (400 millones de euros) y comenzó en septiembre de 2007, con el lanzamiento de Kaguya a bordo del cohete H-2A.
La agencia espacial japonesa (JAXA) y la comunidad científica nipona celebraron el éxito de su primera misión de observación lunar, que proveerá a Japón con el mapa más completo y en alta resolución de la superficie de la Luna.
El satélite Kaguya se precipitó, en el polo sur lunar dando por concluido, según lo planeado, la misión de 19 meses que ha permitido a la agencia espacial nipona realizar una extensa cartografía de la Luna que será conocida en noviembre, según la JAXA.
Desde que el módulo Kaguya, llamado así en honor de una princesa nipona, entró en la órbita lunar ha estado enviando datos sobre la composición mineral del satélite terrestre, los niveles de gravedad y fotografías y vídeos de la Luna, algunos de los cuales ya son accesibles en internet.
Kaguya, que iba acompañado de dos pequeños satélites, uno de los cuales continúa orbitando, ha aportado a la comunidad científica el más completo mapa de las diferencias gravitatorias lunares y los primeros vídeos de alta resolución.
Durante la misión, el satélite se alineó varias veces con las órbitas terrestre y lunar para obtener instantáneas de la aparición de la Tierra en el horizonte de la Luna y ha conseguido imágenes que no se veían desde las misiones Apolo de la NASA.
La misión, uno de los hitos de la carrera espacial japonesa, ha costado 55 mil millones de yenes (400 millones de euros) y comenzó en septiembre de 2007, con el lanzamiento de Kaguya a bordo del cohete H-2A.
La agencia espacial japonesa anunció en un comunicado que el satélite se precipitó de manera controlada contra la superficie de la Luna e invitó a los aficionados a la astronomía a recopilar pruebas del impacto, publicando las coordenadas exactas.
Científicos australianos pudieron captar el momento con un telescopio de precisión en una serie de fotos que muestran la caída de las casi tres toneladas de instrumentos de alta precisión.
Al igual que la misión china Chang EI, que finalizó en abril, y la europea Smart-1 concluida en 2006, que también orbitaron la Luna, el satélite nipón con nombre de princesa acabó estrellándose en el desierto lunar.
Japón planea mandar un hombre al satélite terrestre en 2020 y construir una base permanente unos años después.