Esta tarde, en las oficinas de la H. Comisión de Box y Lucha Libre de Torreón, los miembros de este organismo sostendrán una reunión de trabajo con los promotores de lucha libre en el municipio de Torreón y sus respectivos programadores y coordinadores.
Dicha reunión tiene como objeto lograr un punto de acuerdo con relación a la renovación de las licencias que los luchadores deben tener a partir del primer día de marzo, ya sea nuevas o reselladas, mismas que serán indispensables para poder trabajar en las diferentes arenas de la Comarca Lagunera.
De acuerdo a Ramón Luján Meneses, comisionado en turno, todos los gladiadores programados en las arenas locales necesariamente deben contar con su licencia, y el reglamento especifica que el sábado 28 vence el plazo para que todos los elementos tengan regularizada su situación.
Pese a ello, se decidió otorgar una semana más de prórroga para que los luchadores cumplan, lo que significa que el primero de marzo podrán trabajar los gladiadores aún sin licencia.
Ante esta situación, queda la interrogante sobre qué respeto merecen los pocos luchadores que con toda anticipación han cumplido con su obligación, mientras otros simplemente hacen caso omiso a los llamados de la autoridad.
De acuerdo a lo expuesto, se pretende que todo gladiador que no presente licencia no podrá ser contratado por las empresas locales, y en caso de que se desobedezca este acuerdo, las empresas serán las que paguen una multa.
La asamblea, a la cual convoca Ramón Luján, deberá aprovecharse además para realizar otros ajustes sobre situaciones que suelen presentarse en los diferentes escenarios, donde menores de edad, alumnos de las diferentes escuelas que operan, son programados como parte de los carteles oficiales, no en calidad de luchas de exhibición, incluso, alternan con elementos que tienen ya una trayectoria en el profesionalismo, lo que por principio de cuentas denigra la calidad del espectáculo y expone a los menores a una seria lesión, debido a la marcada diferencia en cuanto al nivel de preparación y experiencia entre los protagonistas.
Otro punto de interés, digno de abordarse hoy, es la programación de elementos que no han presentado su examen de capacidad ante entrenadores experimentados, quienes a todas luces demuestran no estar aptos para estar en los carteles profesionales, situación que los aficionados señalan constantemente, aunque sin mayor eco entre los involucrados en este medio.
Finalmente, deberá analizarse la urgente necesidad de contar con servicios médicos en las arenas, donde se efectúe un chequeo a cada elemento antes de subir al ring, además de tener este personal durante la función, ya que irregularidades como las antes señaladas pueden traer consecuencias lamentables para la lucha libre en general.
