EDITORIAL Caricatura editorial columnas editorial

Juan Molinar Horcasitas

JULIO FAESLER

La crisis mundial actual nos ha puesto a prueba a todos los mexicanos. El éxito que tengamos en superar los retos no solamente depende de la férrea decisión de la que hay que hacer gala, sino también el que contemos con las infraestructuras adecuadas que soporten el esfuerzo. Tanto las instituciones políticas y administrativas son indispensables, como las instalaciones físicas con las cuales se realizan los programas. Desde su inicio el régimen actual ha estado dedicado a fortalecer ambas.

La Secretaría de Comunicaciones y Transportes, que hace años incluía en su designación la mención de Obras Públicas, tiene una responsabilidad central. En el sexenio actual su acción no ha llenado todo su ámbito. Por muchas y significativas razones, su labor ha sido obstaculizada por choques de intereses entre los más altos niveles del sector empresarial. A casi tres años de la gestión del licenciado Calderón aún no han sido resueltos los ingentes problemas que tienen que ver con las comunicaciones físicas como son las carreteras y ferrocarriles, ni mucho menos los que atañen al reordenamiento para el futuro del complicado sector de las telecomunicaciones.

Los tiempos no esperan. Fue acertada la decisión del presidente de encargar la Secretaría a un individuo bien preparado en las lides políticas. Ex subsecretario de Gobernación y ex director del IMSS, entre otros antecedentes, Juan Molinar Horcasitas tiene las suficientes tablas para encontrar soluciones a los problemas más espinosos. Ahora le compete contribuir a la realización del gran programa de infraestructura nacional, regional y los polos de desarrollo que tanto requiere el país a fin de integrar las cadenas de producción para lograr la competitividad internacional de nuestra agricultura e industria.

Una labor fundamental del nuevo secretario es la de destrabar la pesada carga de trámites que frena la adjudicación y financiamiento de las obras públicas que urgen. Las medidas "anticrisis" que en todo el mundo se están instrumentando ponen a México en una carrera de competencias en un escenario en el que todos están buscando las mismas vías. Las obras públicas deben valorarse en cuanto estimulen una producción adicional que sea cuantificable y medible.

Con un presupuesto para 2009 de un 17.8% mayor que el del año anterior, la Secretaría de Comunicaciones y Transportes tiene una responsabilidad central al emprender obras públicas usando facultades recientemente ampliadas en aspectos altamente técnicos como el del cambio de frecuencias de radiodifusión, otorgamiento de nuevas concesiones y permisos, y la aprobación de tarifas en los servicios de telecomunicaciones.

La actividad de la SCT en la construcción de más de carreteras lo que puede significar la apertura de cientos de miles de nuevos empleos particularmente en zonas rurales. Contempla además aumentar la red de trenes suburbanos, la ampliación de aeropuertos domésticos e internacionales y de puertos marítimos. En cuanto a estos últimos, la acción coordinada con la Iniciativa Privada podría impulsar una Marina mercante mexicana con lo que se ahorraría una cuantiosa sangría de recursos por concepto de pago de fletes a navieras extranjeras.

Es claro que la recesión mundial afectará a México durante 2009 como sucede en casi todos los países del mundo. Cuando la crisis amaine y los niveles de actividad económica aumenten, México no podrá aprovechar un resurgimiento si no ha aligerado los lastres burocráticos y el exceso de controles. Aunque buena parte de esta tarea corresponde al Poder Legislativo lo que puede esperarse de la SCT es limpiar sus prácticas de corrupción.

Lo más arduo de la tarea del secretario Molinar será el equilibrar las presiones de que es objeto, o sea, de los fortísimos intereses de grupos empresariales generalmente ligados a fuerzas políticas. Una firme convicción de entrega y servicio social es lo que caracteriza a Molinar y será el factor que orientará sus decisiones.

Pero no sólo son de cuidarse los cabildeos empresariales. Molinar inicia su gestión con la necesidad de solucionar la huelga de los transportistas que reclaman soluciones al alto precio del diesel. Como en otros casos, el origen del problema no radica en la SCT, sino en disposiciones de la Secretaría de Hacienda. El arte de Molinar será encontrar la forma de defender los intereses propios de su Secretaría, en este caso, el mantener fluidos los servicios carreteros.

Sin duda que en toda su gestión Molinar no tendrá siempre el apoyo del Congreso donde están representados grupos y bloques de poder. Esperamos de él una firmeza sin temores. Tendrá que echar mano de sus habilidades de negociación evitando claudicar en las metas y valores nacionales que el presidente le ha encomendado.

Leer más de EDITORIAL

Escrito en:

Comentar esta noticia -

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de EDITORIAL

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Clasificados

ID: 418855

elsiglo.mx