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Juanito ataca de nuevo

JESÚS CANTÚ

Rafael Acosta, "Juanito", volvió a poner en jaque al Gobierno del Distrito Federal y al PRD; demuestra nuevamente cómo los intereses particulares prevalecen sobre el bien común y desnuda las carencias del sistema político mexicano.

El 28 de noviembre de este año, el jefe de Gobierno capitalino, Marcelo Ebrard, convenció a Juanito para que el mismo 1 de octubre, tras rendir la protesta de ley como titular de la Delegación Iztapalapa, designara a Clara Brugada, como directora Jurídica y de Gobierno de dicha delegación y presentara una solicitud de licencia, por motivos de salud. A cambio de ello, según trascendió en los medios de comunicación, Ebrard le concedió tres direcciones territoriales (Ermita Zaragoza, Centro y Aculco) y dos direcciones generales.

Juanito cumplió su parte: rindió protesta y solicitó una licencia por 59 días, argumentado problemas de salud. Todo indica que Brugada no cumplió su parte y ésa fue la mejor medicina para la salud de Juanito, pues un día antes de que venciera el plazo de su licencia, se presentó a la Delegación a reclamar su lugar y tomó posesión de su oficina en los primeros minutos del sábado 28 de noviembre.

Ebrard tuvo que regresar de urgencia de un viaje por Sinaloa, para ofrecerle ahora un puesto en el Instituto del Deporte capitalino; pero, esta vez, Juanito lo rechazó. Juanito ya tiene una semana instalado en sus oficinas, ya designó a sus colaboradores y el pasado viernes 4 de diciembre, presentó su programa de trabajo para los primeros 100 días de gobierno.

Los opositores a Juanito, encabezados por Clara Brugada, ya se ampararon en contra de su destitución y una juez federal ya le negó a Brugada la suspensión provisional, aunque sí admitió a trámite la demanda de amparo. Mientras tanto, en la Asamblea Legislativa, los perredistas lograron reunir las 22 firmas necesarias para iniciar el proceso para destituir a un Jefe Delegacional; y ya instalaron la Comisión Jurisdiccional.

La líder del PAN capitalino, Mariana Gómez del Campo, que en septiembre, cuando Juanito todavía pretendía asumir el cargo, se entrevistó con él, ya se deslindó explícitamente del súbito cambio de opinión del delegado, pero colocó a Alejandra Núñez, militante panista desde 2005 y parte de su grupo político, como Directora Jurídica y de Gobierno de la Delegación, en sustitución de Brugada. Al día siguiente de su nombramiento, la Contraloría capitalina le abrió un procedimiento administrativo, presuntamente por no haber presentado su declaración patrimonial de término de ejercicio, cuando fue Coordinadora de Mercados y Comercio en la Vía Pública, en la delegación Miguel Hidalgo, en 2008.

Así son varias la pugnas que se dirimen al mismo tiempo: Juanito versus Brugada; PRD versus PAN; y hasta los mismos conflictos al interior del PRD emergen, pues hay que recordar que Brugada es del grupo de Andrés Manuel López Obrador, que es quien el 16 de junio de este año (tras la resolución de la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación que otorga la candidatura perredista a Silvia Oliva, en lugar de Clara Brugada cuyo nombre ya aparecía en la boleta electoral) llamó a votar por Juanito, que aparecía como candidato del PT, para que cuando él ganara renunciara y dejara su lugar a Brugada.

El PRI, que en las últimas contiendas electorales aparece en una lejana tercera posición en las preferencias electorales en el Distrito Federal, se mantiene al margen del conflicto, pero lo ve con agrado, pues sabe que en algún momento puede ser necesario para resolver el conflicto.

Los distintos actores políticos buscan su beneficio particular y Juanito resultó un hueso más duro de roer de lo que ellos preveían, pues la alternativa de solución que le propusieron y él aceptó, le permitía cerciorarse de que le cumplirían las promesas que le hicieron los políticos y, como no lo hicieron, de motu proprio o instigado, volvió por lo que le pertenece legalmente y los colocó frente a una encrucijada.

Hay dos vías de solución definitiva: una, Juanito finalmente presente una licencia definitiva y, con ello, abre la puerta para que la Asamblea Legislativa, concretamente los asambleístas del PRD, PT y Convergencia, que suman 37 votos, tres más de la mayoría absoluta requerida, designe al Jefe Delegacional sustituto, que todo indica que sería Clara Brugada; y dos, la Asamblea Legislativa destituye a Juanito, lo cual se ve más difícil, pues requiere necesariamente el concurso del PRI o el PAN, para alcanzar la mayoría calificada de 44 votos.

Los líderes de las bancadas del PRI y el PAN en la Asamblea, ya afirmaron que "Clara Brugada no garantiza la gobernabilidad en Iztapalapa", por lo cual básicamente lo que están diciendo es nos sumamos a la remoción de Juanito, si negociamos un Jefe Delegacional sustituto diferente de Brugada, es decir, vieron su oportunidad de sacar provecho del conflicto.

La posición de Juanito evidencia, una vez más, que las decisiones en México las toman las cúpulas en secreto, de espaldas a la ciudadanía y privilegiando sus intereses particulares y partidistas. Hasta la semana pasada, Juanito les facilitó el camino y permitió que todo se resolviera dentro de la cúpula del FAP; pero todo indica que ahora tendrán que invitar a la cúpula tricolor o blanquiazul, que seguramente aprovecharán para obtener algún beneficio para ellos. Así Juanito, involuntariamente, al defender sus intereses (pues hace tiempo que renunció a su derecho a ser Jefe Delegacional) transparentó las debilidades del sistema político mexicano.

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