Juego de vida o muerte para los argentinos

AP

Herida de gravedad, Argentina recibirá hoy sábado a Perú con la obligación de ganar para seguir ilusionada con avanzar a la próxima Copa Mundial.

Otro resultado dejaría a los argentinos al borde de la eliminación y si ello ocurre el prestigio ya erosionado de su técnico Diego Maradona estallaría en mil pedazos.

Maradona, que fue algo más que un sabio del balompié mundial, muestra impericia como timonel de Argentina, ya que en las eliminatorias mundialistas la dirigió en seis partidos con cuatro derrotas y dos victorias.

Aún venciendo a un Perú eliminado, Argentina seguiría en terapia intensiva porque su suerte recién se definiría el miércoles en su visita a Uruguay, que con sólo empatarle hoy sábado a Ecuador, en Quito, llegará a ese duelo con chances de ir a Sudáfrica 2010.

"Me veo dirigiendo en el Mundial", dijo el jueves Maradona, quien así mató dos pájaros de un tiro: expresó su optimismo con respecto a su equipo y despejó la posibilidad de que renuncie tras las eliminatorias, como lo había dicho días antes. "Me siento muy bien", agregó Maradona, genio y figura del equipo argentino campeón en México 1986 y del que salió segundo en 1990 en Italia. "Pero llegar a una instancia así no me la esperaba".

Argentina también ganó el Mundial de 1978 en su propia casa, además de ser bicampeón olímpico, entre otros lauros internacionales, por lo que una eliminación sería un terrible golpe a su orgullo y casi una tragedia nacional.

Sacudida por tres derrotas seguidas, Argentina marcha quinta en zona de repechaje, que sólo le da derecho a jugar dos partidos de ida y vuelta contra el cuarto de la Concacaf, que por ahora es Costa Rica.

Y si baja un escalón más se quedará afuera del Mundial, tal como ocurrió para el de México en 1970 cuando el propio Perú la eliminó al empatarle 2-2 en Buenos Aires. Fue la última vez que Argentina estuvo ausente de un mundial.

En 12 partidos, entre amistosos y eliminatorias, Maradona probó 76 jugadores y aún no encontró al equipo que al menos se aproxime al ideal.

Perú, que en estas eliminatorias no ganó como visitante, llega con la misión de salvar su honor y arruinarle la vida a su rival.