De la vida misma
Divino tesoro.
Te vas para no volver.
Encontramos el otro día a un estimado amigo, a quien los años se le han echado encima y empieza a sentir los estragos de la edad.
Sobre todo porque nunca fue amante de practicar algún deporte.
Y hoy, sus males han principiado por sus extremidades inferiores, sobre todo en sus rodillas.
Además ha ganado kilos que es un contento.
Y sin embargo no todo está perdido, ni tiene por qué lamentarse tan temprano.
No es un jovencito pero tampoco una persona de mucha edad.
Lo animamos a que camine un poco todos los días, pues el mismo médico que ha visitado se lo ha aconsejado.
Y que le baje a la papa, sobre todo a las harinas y los azúcares.
No está muy convencido, pero creemos que poniendo un poco de su parte, podrá encontrar gratas sorpresas en el futuro.
Su caso es el de muchas personas de ambos sexos. Nosotros mismos en algún momento descuidamos la práctica diaria de las caminatas y pronto nuestra ropa empezó a resistirse a entrar con comodidad en nuestro cuerpo.
Así que tuvimos que retomar las agradables caminatas y a privarnos de muchos platillos que son nuestra debilidad, especialmente gorditas, enchiladas, taquitos y el pan de la cena.
Beber mucha agua es también muy saludable, y ahora se presta con estas ondas cálidas que padecemos.
Y es muy importante evitar las asoleadas y andar vagando por la tarde en nuestras calles que son verdaderos hornos crematorios para los habitantes de estos lares.
Es también muy importante el ejercicio de la mente, tanto o más que el del cuerpo, para evitar que los males de moda empiecen a dañar nuestra capacidad mental. Para éstos se recomiendan las palabras cruzadas, los crucigramas y la lectura.
Atiéndase a tiempo, pues nadie más que usted recibirá los beneficios de un buen vivir.