Es cierto que cuando llega el amor, el cuerpo humano sufre un verdadero descontrol; el sentimiento nace en el cerebro, pero va a todos lados.
Es cierto que cuando llega el amor, el cuerpo humano sufre un verdadero descontrol; el sentimiento nace en el cerebro, pero va a todos lados.
La gente identifica la primavera con el amor, son muchas las parejas que eligen esta estación para realizar planes amorosos, desde casarse hasta realizar viajes y encargar bebés. Es cierto que en los días cálidos primaverales mujeres y hombres por igual pierden la cabeza por su “príncipe soñado”, “media naranja” o “la pareja ideal”.
Al final, el sentimiento del amor realmente causa cambios físicos, además de ciertos efectos mentales. Expertos del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) nos dicen que en la etapa del enamoramiento no es extraño sentir que se “sale el corazón”, “mueven el piso” o “mariposas en el estómago”. Estas sensaciones nada tienen de enfermedad, solamente se trata de experiencias fisiológicas de la gente enamorada.
Cupido Cerebral
El doctor Enrique Camarena Robles, especialista en psiquiatría, va directo al punto y dice que el amor se localiza en el cerebro, desde donde parte al sistema cardiovascular, corazón y arterias periféricas.
Nada es extraño, pero sí curioso; nos cuenta que el cerebro tiene partes primitivas, desarrolladas e intermedias, en las cuales ubica el origen de las respuestas emocionales.
El sistema límbico, una serie de núcleos, grupos neuronales ubicados en su centro, “que conocemos como hipotálamo y tálamo, es responsable de sentir cariño, ternura, amor, deseo y pasión, que tienen conexión con diversas partes del organismo”.
Todo tiene síntomas, los del amor se dan con aumento de la frecuencia cardiaca, presión arterial y flujo sanguíneo, vasodilatación periférica (enrojecimiento de la cara), pero hay otros que se dan de acuerdo con las características personales.
El desencadenamiento de sensaciones amorosas que ocurren en el organismo depende del sistema nervioso periférico, pero está claro que se perciben en la región abdominal, particularmente en el área de las vísceras y, por ello, es común escuchar que los enamorados dicen “siento mariposas en el estómago”, lo cual es metafóricamente correcto.
El doctor Camarena Robles va al fondo del tema: Debido al aumento de la frecuencia cardiaca, la gente manifiesta opresión en el pecho, experimentan sensaciones raras, que “se les sale el corazón o mariposas en el estómago, sobre todo en los momentos de pasión o de acercamiento con la persona amada”.
Mente Y Corazón
El psiquiatra del Seguro Social explica que todo tiene una razón: “La liberación de adrenalina es la responsable del aumento de sensaciones cuando tiene contacto con la persona amada; la ve o la oye, pues influye en el sistema cardiovascular y nervioso, tanto central como periférico, lo que provoca cambios de actitud”.
Y hay grados, cuanto más intenso es el sentimiento amoroso, menos racionalidad existe, cuando es más irracional, más ciego es. “Esto depende de la magnitud del estado de enamoramiento, pues cuando alcanza altos niveles de pasión, la racionalidad disminuye y cuando esto ocurre, la persona no ve muchas cosas que los demás pueden ver”.
Pero, en todo caso, hay que disfrutar del enamoramiento. El especialista del IMSS nos dice que el amor no es una enfermedad, sino un sentimiento, una emoción que toda persona debe vivir en la vida, porque le genera una gran felicidad.