Un nuevo entuerto empieza a surgir en la ciudad de Torreón por motivo del anuncio de la licitación del servicio de limpieza que desde 1994 ha sido proporcionado a la empresa privada Promotora Ambiental (PASA).
Luego de la decisión del alcalde José Ángel Pérez, de llevar a una competencia entre las empresas interesadas para hacerse del contrato, en vez de extender la concesión a la propia PASA debe ser para agradecerse, porque se presume que Pérez intuye que el servicio de limpia por el cual se le paga a la compañía privada más de ocho millones de pesos mensuales, cifra por demás considerable, puede ser proporcionado por alguna otra compañía a costo más bajo u obtener por una cantidad similar, un servicio de mejor calidad para Torreón.
Valiente entonces entrarle al problema y saber el nivel de politización que este tema creará al abrir la licitación en medio de tiempos electorales tan largos y extraños. Por primera vez en Coahuila se viven campañas que arrancaron en mayo para la elección federal de julio, para luego entrar al proceso para renovar los ayuntamientos en el otoño. Este empate de elecciones distintas es producto de una reforma electoral local aprobada tanto por el PRI como el PAN, con el espíritu de alargar los periodos de los presidentes municipales de tres a cuatro años, con el argumento de que se podrían hacer mejores gobiernos, debido a que las alcaldías tendrían mejor desempeño en 4 años, por la planeación que se podría hacer en un periodo más largo. Ya hay una resolución de la Corte que ha ordenado en los años que haya coincidencia de procesos electorales, éstos se lleven a cabo en la misma jornada, pero esto sucederá hasta el año 2021, así que por el momento se habrá de vivir con esta calamidad producto de una torpe legislación en éste que no contempló o no quiso hacerlo, el empalme de dos elecciones en un mismo año.
Sin embargo, parece que en esta Administración es costumbre anunciar las acciones, pero no realizarlas. Hace apenas unas semanas después de que ya era por demás manifiesto la podredumbre de la Policía Municipal de Torreón, se le comunicó a la ciudadanía que más de trescientos policías, de un cuerpo de alrededor de 1,200, serían separados de manera definitiva de sus cargos, lo que causó cierto alivio en una sociedad que ya no encuentra cómo defenderse si quienes son los encargados de guardar el orden eran ya parte del juego delictivo que ahora se vive.
Pues bien, ciertamente fueron separados, pero es fecha que le sigue costando al erario, luego entonces la decisión quedó peor de como estaba, porque ahora hay trescientos individuos que no trabajan, pero cobran a la caja que es de los torreonenses. Bonita cosa la que se ve.
Ahora es el turno de la basura, y "otra vez la burra al 'máiz'". Se resuelve que el jugoso contrato de casi cien millones de pesos al año se va a licitar y que por lo tanto la concesión no será extendida por decisión del cabildo, que tenía facultades para ello. Incluso, se habla que la licitación se haría en los próximos días, según la voluntad del alcalde, pero ya el cabildo se le ha echado para atrás y por lo que se ve, la decisión quedará en manos de la siguiente Administración. Esto es para efectos prácticos, que José Ángel Pérez nuevamente se va a quedar sólo en las palabras, y ni decidió darle certeza a la prestadora de servicio PASA, renovándoles el contrato, ni va luego de la licitación, a traer a Torreón un mejor proveedor del servicio de limpia.
Lo único que hasta ahora se vislumbra, es nuevamente una incapacidad para poder conectar el decir con el hacer, al que todos están acostumbrados, hasta la mitad de sus regidores panistas, que han votado junto al PRI para que nuevamente las intenciones del Edil torreonense, queden sólo en palabras. Habrá que ver qué pasa con la basura.