Este año que pinta como el peor en lustros para los mexicanos, y en lo particular para los laguneros, es consecuencia principalmente de tres factores: la brutal crisis económica a escala mundial que ha sido resentida en todos lados, incluyendo a La Laguna; la continuación y acentuación de la descomposición de la seguridad pública; y la pérdida ya de años de paz ciudadana, agravada con el problema de salud con el surgimiento del virus de la Influenza tipo A H1N1.
Como todo en tiempos de escasez, paulatinamente los ánimos se van enfriando y el empujón es casi irresistible a un desánimo que hace difícil mantener el ritmo de antaño.
¿Ha notado amigo lector cómo este año quizá ha dejado de hacer cosas que años atrás solía? Como ir u organizar determinado número de reuniones con variados amigos y familiares que ya no suceden tan a menudo? ¿Le ha pasado por la mente el hecho de pensar en renovar su automóvil?, ¿o ha notado que quienes solían ir a las compritas a El Paso, Laredo, Mc Allen o San Antonio ya no lo hacen con tanta frecuencia? Miles de preguntas de este tipo se pueden hacer y efectivamente notará que ciertamente en la mayoría de la población estamos sufriendo una baja en el bienestar material. El nivel de vida ha bajado sensiblemente, y esto mes con mes por supuesto que golpea el ánimo.
Por ello está surgiendo un tema para la Comarca que debe ser repensado muchas veces como sociedad y gobierno para darle su justa valoración y buscar solucionarlo: el financiamiento de la Camerata de Coahuila. Hace ya quince años, un grupo de laguneros, acompañados del talentoso maestro Ramón Shade, logró entusiasmar principalmente al Gobierno del Estado para el patrocinio principal -más otros importantes apoyos- para la creación de la orquesta.
En aquel entonces fue una gran novedad y la ciudad sede de la artística agrupación fue Torreón. Pasaron los años y concierto a concierto la Camerata de Coahuila ha ido forjando su muy merecido prestigio, y ya después de cumplir tres lustros de existencia es sin duda un referente del estado de Coahuila mismo y por supuesto de La Laguna, en particular de Torreón.
Son muchas cosas por las que hay que sentirse orgulloso de ser lagunero torreonense, y por lo tanto, de ser de Coahuila, tierra de grandes próceres nacionales como el general Ignacio Zaragoza, héroe de la batalla del 5 de mayo ante el entonces mejor ejército del mundo, el de Francia; de nada menos que de don Francisco Ignacio Madero, pilar fundamental de la democracia en México; de don Venustiano Carranza, el barón de Cuatrociénegas que condujo al pueblo al levantamiento contra el usurpador Victoriano Huerta y fue líder el Ejército Constitucionalista que fue conductor de la promulgación de nuestra vigente Carta Magna. Una de esas cosas, sin duda, es que se cuenta con la Camerata de Coahuila.
Hay que reconocer con todos los honores a las personas que han participado y empujado con su trabajo a la maduración de tan importante organización, desde el patronato, que ha permitido por supuesto la gestión fundamental y necesaria en primera instancia para el sostenimiento económico.
Sin embargo, como señalaba líneas atrás, al final esto ha sido sostenido fundamentalmente con dinero público, y hoy, ciertamente las finanzas del erario están siendo golpeadas como todas, y erogaciones como las que se destinan a la Camerata, son más difíciles de sostener.
No obstante, el Gobierno del profesor Humberto Moreira, ha sostenido e impulsado más que nadie esta joya cultural, que está en aprietos por la baja presupuestal que todo mundo sufre, y como todos los gobiernos, tendrán que ser muy cuidadosos ahora que recortarán en general su gasto.
Por ello hay que hacer votos para que el gobernador Moreira, con su equipo de trabajo, encuentre la manera para evitar que la Camerata de Coahuila pudiera caer en calamidades por falta de recursos que le impidieran seguir con su valiosa labor.
Por lo pronto, el Ejecutivo estatal en estos cuatro años que lleva casi de gestión, ha demostrado su compromiso con la cultura y su decisión ha sido fundamental para que hoy se tenga una orquesta de reconocida calidad.
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