La Comarca Lagunera es una extensa región del norte de México, comprende parte de los estados de Durango y Coahuila. En ella se insertan los principales municipios de dichos estados donde existe un gran número de ganado caprino, entre los cuales se encuentran, del primer estado: Gómez Palacio, Lerdo, Tlahualilo, Mapimí, Simón Bolívar y San Juan de Guadalupe; y por el segundo: Torreón, San Pedro, Viesca, Francisco I. Madero y Matamoros. Desde el siglo antepasado, el río Nazas, que delimita a los dos estados, originó una excelente agricultura cuyo principal cultivo fue el algodonero. Después de años de bonanza, el monocultivo e inestabilidad en el precio del algodón, incremento de plagas y otros factores hicieron necesario buscar otra alternativa, ya no sólo de cultivos sino también de otras actividades derivadas o complementarias de la agricultura que permitieran darle al agricultor lagunero nuevas fuentes de ingresos y de trabajo.
Ante esta situación se tuvo la urgencia de apoyar con ganado bovino y caprino a los productores, esto aunado a la posibilidad de transformar la alfalfa y esquilmos agrícolas en alimento humano, mediante tales especies.
Los caprinocultores de la Región Lagunera, en las tres últimas décadas del siglo pasado, comenzaron a ver la caprinocultura como una actividad ganadera redituable. Esto, de acuerdo a la magnitud de la empresa y posibilidades de cada productor, por lo cual se implementaron registros de producción, estabulación del ganado, mejoramiento en la sanidad, genética y alimentación de las cabras, con la finalidad de hacer más redituables sus explotaciones.
El Gobierno Federal contribuyó con la creación del Centro de Fomento y Mejoramiento Caprino en la comunidad de Tlahualilo, Durango.
Actualmente en la Región Lagunera, al igual que en la mayor parte del país, se están sufriendo los estragos de la crisis económica que han provocado las malas administraciones de otros países, que a su vez nos está afectando, primero con el desorbitante incremento en los precios del maíz, y por lógica el incremento en los alimentos para el ganado. Posteriormente con el incremento en los precios de todos los insumos, como son la gasolina, los medicamentos, el agua, la luz, etc. Pero lo que sí es ilógico es el que los precios del litro de leche siguen igual que hace 8 años, alrededor de $ 3.50, según la época del año, el tipo de explotación, la localización del establo, y otros factores que argumentan a su favor los acopiadores de la leche de cabra.
Todo esto ha contribuido para que varios productores entusiastas y con visión empresarial que iniciaron hace poco tiempo, se retiraran de esta actividad y los pocos que quedan están batallando y sufriendo pérdidas económicas. Todo esto por la mala planeación del Gobierno, al seguir comprando leche en polvo de otros países, con la consecuente fuga de divisas y la pérdida de empleos de los productores y sus empleados. Para seguir incrementando la producción de leche de cabra, se requiere que cada parte haga lo que le corresponde: a los caprinocultores, incrementar la producción y mejorar la calidad e higiene de la misma; a las empresas pagar el precio justo de la leche de cabra y al Gobierno Federal apoyar con la reducción en las importaciones masivas de leche en polvo de otros países y con los programas de la Sagarpa (Adquisición de Activos Productivos, Progan, programa Soporte, apoyo a la cuota de energía. eléctrica, etc.)