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La Cenicienta

GILBERTO SERNA

Causó revuelo mundial la noticia de que el presidente Barack Obama, de quien lo menos que se ha dicho es que carece de méritos que lo hicieran merecedor al Premio Nobel de la Paz, vaya a recibir tal galardón. Se afirma que la decisión del Comité Nobel es lamentable y prematura. Algunos críticos van más allá indicando que es absurdo que se haya escogido a Obama por que no se ha visto que haya hecho nada para la paz. Se preguntan sus detractores, ¿qué cambios ha llevado a Irak, Oriente Medio o Afganistán? No ha estado activo en la política exterior. Tiene el estatus de celebridad, pero hasta ahora ningún logro verdadero. Se dice que los que han otorgado el Nobel de la Paz están proclamando su desfachatez de una vez por todas. Barack Obama, se preguntan ¿qué ha hecho por la paz? "Fuere cual fuere la causa de tan extraña y desproporcionada selección, lo cierto es que merece un sitio destacado en la antología de hechos insólitos del libro Records Guinnes: primera vez en la historia que alguien recibe un Premio por no ser que por ser". Esto último parece un reproche desproporcionado al comité que decidió destinar la distinción a Obama.

Cada año se otorga el premio de acuerdo con la voluntad testamentaria de Alfred Nobel quien los instituyó al ver que las ganancias que lo enriquecieron provenían de la dinamita que había inventado en usos bélicos, cuando que su intención es que sirviera en usos pacíficos, caso de la explotación minera. La guerra produjo tristeza y muerte, cosa que, todo parece indicar, le trajo un remordimiento de conciencia. De ahí que en su disposición, de en qué se utilizaría la enorme fortuna que produjo con su invento, la hiciera a favor de premiar económicamente a las personas que más hubieran hecho en beneficio de la humanidad, con el pretenso fin de equilibrar parte de lo que creía era su colaboración a la violencia. Hubo un cierto complejo de culpa por el mal y la destrucción que su invento pudieron haber causado a la humanidad en los campos de batalla. Los Premios Nobel gozan de un alto prestigio internacional, dejándose la atribución de distribuirlo en manos de varias academias científicas suecas y del Comité Nobel de Noruega que decide quién cumple los requisitos para que se le entregue el premio de la paz.

En la lectura del testamento, centro de interés por que de ahí parte todo, dice en su parte relativa "la totalidad de mis restantes bienes realizables será administrada de la siguiente forma: el capital será invertido por mis albaceas en valores seguros y constituirá un fondo cuyos intereses se distribuirán anualmente bajo la forma de premios a aquellos que, durante el año anterior, hayan conferido los mayores beneficios a la Humanidad. Dichos intereses se dividirán en cinco partes iguales".

Pues bien, el señor Obama acaba de ser elegido como el ganador indiscutible del Nobel de la Paz. ¿Se lo otorgan por ser un destacado político?, ¿se pretende acabar con el mito de que los hombres de color, a pesar de todo, siguen siendo objeto de discriminación? ¿Es un incentivo a lo que puede hacer en el futuro? ¿Se premian posibilidades y no realidades? Hasta ahora ha traído consigo un trébol de cuatro hojas en su bolsillo, dada la buena suerte que le ha acompañado. Después de iniciar una gestión titubeante como Presidente, le llega el honor de ser laureado, como caído del cielo, en el momento en que parecía que su buena estrella se empezaba a opacar.

Bueno, está bien, él no tiene la culpa de que los encargados de escoger lo hayan elegido sin más mérito que el de ser un conocido político. Quizá más adelante, cuando se pueda juzgar su labor por lo que ha hecho, sin apasionamientos, hubiera sido mejor.

Lo cierto es que pronto irá a Estocolmo vestido, muy mono él, de corbatín y cuello de pajarita, en planchado traje de etiqueta, camisa blanca, zapatos de charol, llevando la misma emoción que la Cenicienta cuando asistió al baile donde perdería una zapatilla, en la mansión del Príncipe, ella que fregaba pisos de rodillas, con un mechón de pelo cayéndole sobre la frente. Es del todo obvio que Obama no bailará con la hija del Rey de Suecia, Carlos Gustavo. ¿Asistirán sus hermanastras Griselda y Anastasia?, ¿lo acompañarán, el gato Lucifer y el perro Bruno, junto a los ratoncillos Gus, Perla y Jack? ¿La calabaza se convertirá, gracias a su Hada Madrina, en una lujosa carroza? ¿A las doce campanadas terminará el encanto? Ha ganado el premio "por sus esfuerzos extraordinarios para fortalecer la diplomacia internacional y la cooperación entre los pueblos, destacándose por su visión de un mundo sin armas nucleares". Siendo así "se le otorga por la esperanza que genera, más que por lo que ha conseguido."

Hasta ahora no se sabía que el galardón se entregaba por lo que podía esperarse no por lo que se hubiera logrado. En fin, para cerrar esta evocación, sólo me queda el recordar a San Agustín, siglo V, quien se pregunta: "qué son los honores de este mundo, sino humo, vacío y peligro de caer".

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