Sergio Bernal levantando el sexto título para los Pumas de la UNAM, es una de las imágenes que nunca olvidaran los aficionados auriazules. La Columna de Brizio
Ha caído el telón del torneo mexicano de la Primera División con la merecida coronación de los Pumas de la Universidad y como en cualquier drama que se precie de serlo, los héroes y los villanos jugaron un papel fundamental.
Ante todo sería de justicia reconocer que la Liguilla, con todas sus imperfecciones, resultó sumamente emocionante, llena de garra, con encuentros intensos y en buenos lapsos de ella, con muy buen futbol.
La nota folclórica la pusieron Puebla e Indios al arribar a semifinales y quedarse, en serio, a nada de disputar la Final pero a ella accedieron con justicia el mejor equipo de la temporada regular, donde incluso acabó como súper líder, el Pachuca y el cuadro que creció y mejor futbol desplegó en la Fiesta Grande, la Universidad.
En el juego de ida, jugado en el impresionante escenario de Ciudad Universitaria, el héroe fue Dante López al anotar el tanto que llevaría con ventaja a los felinos al complicado estadio "Hidalgo" de la "Bella Airosa", conocido como el "Huracán" y las críticas se las llevó el técnico Ricardo Ferreti ya que, al entender de la mayoría, frenó a su equipo y lo echó para atrás cuando el trámite del encuentro estaba como para buscar más anotaciones.
Como no hay fecha que no se cumpla ni deuda que no se pague, el domingo por la noche se internaron el la grama de ese hermoso inmueble pachuqueño unos Tuzos dispuestos a demostrar que los descalabros ante Ciudad Juárez en calidad de local y ante Pumas como visitantes eran solo un pequeño alto en su camino hacia la corona.
Por su parte, los del Pedregal, iban con la mentalidad de hacer todo para lo que fueron diseñados: morder, marcar, encimar y estorbar a un rival que tiene, como mayor virtud, el aseado manejo de la pelota.
La primera parte fue dominada por el cuadro de Enrique Meza y el primer villano de la noche resultó Efraín Juárez al cometer inocente falta sobre Blas Pérez, que costó un penal en contra de su equipo, convertido con autoridad por el "Chaco" Giménez.
Ya entrados en gastos y en el segundo tiempo, otra vez la figura de Dante López se agigantó al rematar de media vuelta para dar la ventaja global a su equipo y él mismo se puso el traje de "malo de la película" al fallar increíblemente su tiro ante la meta desguarnecida.
Sergio Bernal iba a ser el gran villano al "comerse" un lejano disparo del "Chaco" pero le ganó la mano su colega Miguel Calero quién sin duda se queda con el título del "villano favorito" al meter en su portería un centro de Pablo Barrera.
Fundamental la expulsión del otro villano tuzo, Javier Muñoz Mustafá, casi para acabar el juego y que resultó definitiva.
Los entrenadores hicieron su trabajo y creo que a ninguno se le puede reprochar nada, pues fueron sus jugadores y las circunstancias las que decidieron quién debía ser el campeón.