En el encuentro que acaparó la atención de los aficionados en la jornada 6 de nuestro balompié, pudimos presenciar dos acepciones de la palabra que da origen a esta columna: Una soberbia actuación del América y la soberbia de un equipo que ya se creía campeón como el Toluca.
La actitud con la que los rojos enfrentaron este partido fue la típica de un grupo de jugadores engreídos, sobrados y que creen que por dominar muy bien un estilo de juego se pueden dar lujos como menospreciar al rival. Este talante lo mostraron en la Liguilla y ahora, temprano en el torneo, se llevaron una sacudida histórica que los obligará, empezando por su entrenador, a poner los pies bien firmecitos en la tierra.
Obvio que ni el más fiel integrante de la "Monumental", luego de haberse fumado un "churro" de esos que dicen los que saben te pone contento y vacilador, hubiera presagiado el paseo y la contundencia de los azulcrema ante Toluca pero, viendo lo que pasaba en la cancha del Azteca, creo que hasta barato les salió el marcador a los "choriceros".
No soy americanista, lejos de mí tan peregrina idea, pero me gusta el buen futbol y el del domingo se pareció mucho a esos cuadros históricos que los seguidores del club de Coapa invocan frecuentemente, sobre todo cuando las cosas no salen a derechas.
Hablo de aquel equipo de Reinoso, Borja y compañía que armaba un verdadero circo goleador y de fácil retención en la memoria; el otro América de Antonio Carlos Santos, Carlos Hermosillo, Alfredo Tena, Zague y en algún momento Daniel Alberto Brailovsky que la verdad, era un trabuco. O qué le parece el de Kalusha y Biyik con su espectáculo aéreo y qué decir de las últimas "Águilas", dirigidas por Mario Carrillo, que permanecieron invictas por un buen tiempo.
En fin, lo que pueda pasar en adelante será asunto del destino y del sistema de competencia que puede ungir como campeón a cualquiera, pero si los pupilos de Jesús Ramírez están convencidos de haber encontrado una forma de jugar, ¡aguas!, porque habrá que sudar para ganarles.
Además, la victoria sirvió para encaramarlos hasta la cima de la tabla general, lugar que no visitaban hace muchas lunas y aunque ahora viene una jornada que se jugará sin seleccionados (la planeación, mi hermano, no es lo suyo en la Femexfut), seguramente será un agarrón la visita a los Tigres.
Por el bien del futbol, ojalá América nos regale con mayor frecuencia si no otras goleadas, de suyo circunstanciales, sí actuaciones tan soberbias como la ofrecida en el Coloso de Santa Úrsula. Mucho se los vamos a agradecer.
Y en el feudo toluqueño, a bajarle de yemas que, como decía un querido profesor del inolvidable Instituto Don Bosco: "La soberbia es un pecado que la vida quita a fregadazos".