En la semana del Fair Play, éste brilló por su ausencia en la jornada siete del futbol de México, dos duelos: Estudiantes-Santos y Puebla-Chivas, terminaron con serios conatos de bronca, que si no acabaron como el Rosario de Amozoc fue porque finalmente hubo más cuerdos que destrampados entre los involucrados, pero en las tribunas las cosas estuvieron más candentes.
El futbol es mucha pasión, eso es indudable, pero no se debe desbordar, los que pierden deben saber digerir la derrota y los que ganan deben ser muy mesurados y respetuosos en la victoria; claro que es muy fácil decirlo, la calentura del juego avivada por declaraciones previas, jugadas ríspidas, decisiones arbitrales erróneas y sobre todo la impotencia del que se ve superado por un rival arrogante, dificultan la digestión del trago amargo que significa un partido perdido y complican enormemente la terminación del mismo. Para que el futbol siga siendo un espectáculo familiar debemos evitar y sancionar actitudes como las de Miguel Herrera y algunos de sus jugadores, los directivos y jugadores del Puebla, Lavolpe y Davino su auxilar, por mencionar algunas de las que más se destacaron en la jornada más violenta del futbol mexicano en mucho tiempo.
LOS GAUCHOS BAILARON A RITMO DE SAMBA
Vaya repasada que le dio Brasil a la Argentina en su propio patio, en este caso el Gigante de Arroyito en Rosario, porque por hacerle caso a Maradona los argentinos prescindieron de su habitual Monumental; porque a Diego todo lo que huela a River Plate le da muchísima comezón y no quizo jugar en la casa de River, que lo es también de la selección.
Volviendo al juego, los amazónicos le zumbaron a los argentinos superándolos de cabo a rabo, es que mientras las pamperos no saben a que juegan con Dieguito, los verdeamarelos cada vez dominan mejor el esquema de Dunga y ya están en Sudáfrica 2010.
Brasil tiene una gran cantidad de superestrellas muy bien dirigidos, son muy sólidos atrás , tienen una media cancha plena de talento creativo y una delantera con mucho, pero mucho gol. Los albicelestes están con grandes problemas, desordenados, confundidos, sin cohesión, sus jugadores intentan cada quien por su lado porque en su banquillo no hay conocimientos ni talento ni experiencia para dirigir, por eso su calificación directa está muy complicada y tal vez tengan que llegar a la instancia del repechage para lograr la calificación al mundial en este futbol nuestro de cada día.