La presente liguilla ha sido definida por los expertos como la de los "arqueros", en directa referencia a las estupendas actuaciones de Alfredo Talavera con Toluca, Jonathan Orozco con Rayados, Moisés Muñoz de Monarcas y el derrotado pero siempre cumplidor Oswaldo Sánchez, quien con lances de milagrería evitó que Santos fuera masacrado en la capital michoacana.
Sin pretender contradecir este análisis, valioso y cierto de suyo, considero que los equipos eliminados se han ido a casa por la ausencia de tino en sus principales romperredes, merced a lo cual se fallaron goles a racimos que bien pudieron modificarle el rostro a esta postemporada que, hay que decirlo, está resultando sumamente emocionante.
¿Quién, en su sano juicio, podría pensar en reprocharle alguna vez la eliminación del América a Salvador Cabañas? Pues sucedió en ambos encuentros contra Monterrey.
El guaraní se cansó de errar oportunidades que, normalmente, son de rutina para su enorme olfato goleador y de esa manera, se convirtió en el "chivo expiatorio" de los pecados azulcremas. En el eterno ejercicio del "hubiera", Cabañas pudo dejar tendidos en el terreno de juego a los norteños en caso de acertar aquel cabezazo en la agonía del partido. Pero no fue así y la frustración, otra vez, queda en el ánimo de sus millones de aficionados. Por cierto, la directiva de Coapa debe darle las gracias a Montenegro, ya que por sus declaraciones en el sentido de que si el público quiere espectáculo, se vaya a un recital, el Azteca lució una entrada debajo de la mitad. ¡Grande, "Rolfi"!
Otro que anduvo poco afinado pese a tener varias opciones para marcar fue Alfredo Moreno, implacable goleador del San Luis. Independientemente de los aciertos del portero rival, el "Chango" se cansó de fallar e incluso un mal control de balón le impidió mandarlo guardar en las postrimerías del juego allá en Toluca. Mención aparte los 180 minutos de pura calidad que nos regaló Braulio Luna. ¡Estupendo!
Del lado de Santos, un voluntarioso Darwin Quintero no pudo hacer daño, ya que su pareja en el ataque, Vicente Matías Vuoso, se hizo expulsar en el juego de ida allá en la Comarca. Nadie defiende al juez Germán Arredondo por su pésima actuación pero es un hecho que el atacante lagunero lo insultó y contra eso no hay disputa. Santos lució chatito en ataque ante la falta de su goleador. Ojalá entiendan que la localía se hace valer jugando buen futbol y no injuriando a los oficiales del partido.
Puebla vendió cara la derrota y las divisas que utilizó fueron el esfuerzo denodado, la entrega física hasta el agotamiento y... las patadas.
¡Qué manera de repartir castañas! Creo que hasta el bonachón de su presidente, Ricardo Henaine, asiste al estadio dotado de espinilleras. Aquí también falló a la hora buena Jared Borgetti.
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