La Columna de Brizio
El pasado fin de semana murió, a los 88 años de edad, Mario Benedetti, uno de los más brillantes poetas del último siglo, además de ensayista y escritor. Nacido en Paso de los Toros, Uruguay, navegó con gracia y soltura por el mundo de las letras y vacunó a varias generaciones con su versificación exquisita. Imperdibles resultan sus poemas "Estados de ánimo", "Hagamos un trato", "Táctica y estrategia", "Todavía", "Si Dios fuera mujer" y mi favorita "Te quiero", en la cual se lee un fragmento que dice: "Si te quiero es porque sos mi amor, mi cómplice y todo y en la calle codo a codo, somos mucho más que dos".
Este elogio a la solidaridad del viejo maestro viene a colación después de presenciar los gallardos y heroicos triunfos de Puebla e Indios de Ciudad Juárez para instalarse en las semifinales de la liguilla del torneo mexicano, emocionando al máximo no sólo a sus seguidores, sino a la afición entera.
Ambas escuadras tienen rasgos comunes, como son: ausencia de jugadores "estrellas", nóminas reducidas, entrenadores sin pasado estridente, jugadores entregados y comprometidos, sistemas de juego simples pero coherentes, excelente condición física, aficiones generosas y una humildad a prueba de balas que los hace parecer gigantes.
Los "Camoteros" hicieron valer la localía ante Monterrey, pero en el juego de vuelta, para sorpresa de todos, empezando por el estratega rayado Víctor Manuel Vucetich, salieron a proponer el partido en la difícil cancha del Tecnológico y de esa manera sentenciaron la eliminatoria con gran autoridad.
En la otra llave, los integrantes de la "tribu" lograron la ventaja en casa por la vía de un dudoso penal, y en la vuelta defendieron el arco como una doncella protege su honra y así, de la mano de Cirilo Saucedo y la Divina Providencia, echaron del evento nada más y nada menos que al campeón Toluca.
Mucho se ha hablado del carismático "Chelís" y la fuerza que ha inyectado al grupo. Se trata de un fenómeno impresionante, al cual habría que poner atención. Quizá la ausencia de liderazgos genuinos en nuestra sociedad, convulsionada por la violencia y la impunidad, haga que la gente voltee los ojos hacia un tipo sencillo, desenfadado y que sufre como novia despechada en el área técnica de su equipo.
Del otro lado, Indios ha encontrado en Héctor Hugo Eugui una forma diferente de manejo grupal. Con más experiencia y edad que su homólogo poblano, el "profe" tiene a su favor el haber sido un gran futbolista. Esto, aunado a su decencia y caballerosidad, le permite ejercer una especie de benevolente paternidad sobre sus jugadores, independientemente del adecuado manejo táctico.
Sea como fuere, el caso es que los muchachos de ambos clubes se dejarían cortar en pedazos por sus técnicos y esa forma de ir, codo a codo, los puede llevar al cielo.