Mucho se ha extendido el consumo de la cafeína en nuestros tiempos. Es el café una bebida derivada de la ebullición de los granos tostados del café, sus efectos son diuréticos y estimulantes, cierto es que es adictivo, sin embargo tiene grandes antioxidantes que incluso llegan a nosotros con sólo oler su vapor, el café acelera nuestro metabolismo, por tanto lo convierte en una bebida termogénica que aumenta o acelera nuestra quema de calorías y por tal, sin incluirle crema, azúcar o leche, nos baja de peso graso. El café no debe ser utilizado por hipertensos o diabéticos pues por ser termogénico aumenta la presión arterial y por el hecho de producir glucagón y adrenalina en el cuerpo estimula al hígado para enviar glucosa al torrente sanguíneo y eleva los niveles de esta sustancia en la sangre. Así que si usted es hipertenso o diabético no lo consuma. Por otra parte, es la bebida ideal del deportista sano pues estimula la estamina y la energía, genera un estado de alerta en el deportista y, bueno, se recomendará mucho su moderación. Una taza de café diario no trae mayor consecuencia en una persona sana. Una persona hipertensa o diabética debe optar por el consumo alternativo de tés si lo que desea es una bebida energética incluso adicionar miel de abeja, para ellos es ideal.
El café es una bebida muy ácida, por lo que puede con facilidad generar una irritación de las mucosas estomacales, innegablemente nos acidifica y por tal puede generar reflujo y acidez, si lo acostumbra tómelo en combinación con alimentos y modere su consumo.
Existen hoy en día muchas variedades de café comercial en el cual se adicionan monumentales cantidades de azúcar para darle sabor adecuado para su venta y esto lo único que hace es forzar a nuestro páncreas para producir grandes cantidades de insulina para recoger toda esa azúcar inflamándolo. Tenga cuidado, pues la diabetes tiene gran herencia cultural alimentaria tras de sí.
Hasta la próxima.
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