Para las legiones de seguidores de los Steelers se acabó el reposo y el sosiego, mañana domingo reciben a los Cargadores de San Diego en la semifinal de la Conferencia Americana. Pittsburgh es favorito por seis puntos según Las Vegas. Un promedio de tres de cada diez expertos en la materia le concede no sólo posibilidades sino incluso dan por hecho el triunfo de los Chargers.
Entre los detalles en los que se basan estos señores está la ausencia del corredor estrella de los Cargadores, Ladenian Tomlinson. Resulta que lejos de ser una ventaja para los del acero es una ventaja para los visitantes. Afirman que San Diego sacrificó jugadas por darle el balón a un resentido Tomlinson para respetarle su jerarquía. Ahora totalmente descartado, será el “Napoleón” Darren Sproles quien cargue con la responsabilidad del ataque terrestre del equipo de Norv Turner.
Este chaparrito de sólo 1.67 de estatura, pero que tiene un corazón de dos metros, fue el último jugador firmado por los Cargadores para el 2008 y su misión era regresar patadas, cuando le dieron la oportunidad de acarrear el balón, su impacto fue inmediato, Sproles se esconde entre los gigantes y se torna escurridizo como una trucha, cuando ve un hueco se lanza como kamikaze. El nativo de Waterloo, Iowa, ha pasado del anonimato a ser la gran esperanza de San Diego.
Hay una estadística llamativa para este duelo, Cargadores tiene trece derrotas seguidas en temporada regular en Pittsburgh, las únicas dos victorias en toda su historia de Chargers en la casa de los Steelers han sido en postemporada, vamos, el récord de San Diego en playoffs visitando a los Acereros es de 2-0.
La principal preocupación de los que profesamos amor sin condiciones por los Acereros, es la condición de nuestro quarterback Ben Roethlisberger, que sufrió una conmoción cerebral en el último partido de la temporada contra los Cafés (no se podían despedir sin dejar algún daño al equipo que les tiene el pie en el cuello).
A principios de semana, al reanudar los entrenamientos después de ser dado de alta, Big Ben se dio cuenta que su casco le quedaba algo apretado, ¡todavía sufría de una hinchazón en el cerebro! ¿Pueden creerlo? Mañana domingo el mariscal de campo de Pittsburgh va a jugar y no precisamente dominó. ¡Ay!, ¡Virgen bendita!, ¡cuídamelo!.
Temperaturas bajo cero este fin de semana. El factor viento, como siempre en Heinz Field, el principal enemigo de los pateadores de gol de campo, la cancha congelada, imagínense lo que han de doler los golpes bajo estas circunstancias, y es aquí donde la cortina de acero será fundamental.
La mejor defensiva de la Liga tendrá otro demandante encuentro, estos cuates hay ocasiones en que apenas andan buscando un lugar en la banca para descansar cuando son llamados de nueva cuenta al campo, ya sea por una intercepción o una pérdida de balón. Lo saben y lo aceptan, y como formidables gladiadores vuelven con la fiereza intacta, con la única misión de triturar a sus rivales.
Todo mundo habla en estos momentos de Ed Reed, el safety de los Cuervos, este señor es un extraordinario jugador y tiene cinco intercepciones en sus primeros tres juegos de postemporada. La verdad la sabe Reed y sus compañeros, el número uno en esa posición es el “Tsunami” Troy Polamalu, el nacido en Garden Grove, California, y merodeará como lo que es, un depredador, un cazador de cabezas, un provocador de errores y taquicardias en los rivales. Philipp Rivers tendrá que lanzar con mucho cuidado para evitar que Troy lo intercepte, y para esto su línea ofensiva tendrá que contener a James Harrison, el jugador defensivo del año (tenía que apellidarse como un Beatle, cómo no).
Señores, Pittsburgh va a ganar, cerrado pero va a ganar, me gusta un 20-14. ¿Cómo la ven?
