POR LA LIMPIA
¿Qué tan difícil es ganarle a un equipo tres veces en la misma temporada en la NFL? Difícil, muy difícil.
Esta es la quinta ocasión en la historia que un rival divisional enfrenta en el juego de Campeonato de Conferencia a un equipo al cual ha vencido en los dos juegos de temporada regular. Las escuadras que han tenido la oportunidad de barrer los tres juegos lo han logrado en tres de cuatro ocasiones. Los Delfines de 1982 le pegaron tres veces a los Jets, los Gigantes del 86 barrieron a Pieles Rojas y los Titanes del 99 aplicaron la limpia de tres juegos a los Jaguares.
Fueron los Halcones Marinos de Seattle los únicos incapaces de completar la hazaña al caer con los Raiders de Oakland en 1983.
¿El joven mariscal de campo Joe Flacco conseguirá la proeza de ganar tres juegos de playoffs? (Ya se convirtió en el primer quarterback novato en la historia en ganar dos). En su partido de la semana 15 contra los Acereros, Flacco sufrió en serio, completó 11 de 28 para 115 yardas y un paupérrimo 22.2 de rating, en la segunda mitad (que es cuando los Steelers aprietan) sólo completó cinco de 13 y 47 yardas. Cuando se animó a ir largo fue interceptado en par de ocasiones.
La falta de descanso desde la semana dos de la temporada ya hace estragos en el equipo de los Cuervos, la mitad de sus titulares se encuentran lesionados, el linebacker Terrell Suggs lejos de recuperarse de la inflamación en su hombro se le ha agravado, no se ha perdido un solo juego en seis años de carrera y este “cazacabezas” no querrá perderse esta cita, el asunto es ver qué tan efectivo puede ser cuando esté limitado en sus movimientos. El esquinero Samari Rolle tiene un tobillo en situación delicada, su corredor estrella Le’Ron McClain rengueaba claramente después de cada jugada contra los Titanes. Por último, otro “tocado” es el ala cerrada Todd Heap con una costilla que no lo deja en paz (y no precisamente su esposa).
Pero los Acereros también tienen sus problemas de lesiones, lo cual es lógico a estas alturas de la temporada, y por la brutalidad intrínseca de este deporte Troy “Tsunami” Polamalu tendrá que jugar con un tirón en su pantorrilla, mientras que el centro Justin Hartwig tiene preocupado a su coach Mike Tomlin porque no acaba de recuperarse de su rodilla. Los expertos coinciden en que la ausencia de Hartwig facilitará las cosas al guardia nariz de Baltimore, Haloti Ngata, para evitar el bloqueo interior de Pittsburgh.
En estos días, en el Oeste de Pensilvania las escuelas cierran por las inclemencias de un frío demencial para la hora del juego del domingo a las 6:30 de la tarde tiempo del Este (5:30 nuestro) prácticamente de noche, el ambiente será gélido, se espera una temperatura de menos trece grados centígrados, aunado al factor viento, olvídense, por algo el apodo del equipo de hockey de Pittsburgh es el de pingüinos. Big Ben y el joven Flacco están acostumbrados a jugar con un frío de la fregada, en sus tiempos colegiales lo hicieron en Ohio y Delaware, respectivamente. Ahora más que nunca se aplica aquello de que “el clima es para los dos”.
Verifico una y otra vez los pronósticos de los más reconocidos expertos y la gran mayoría coincide en que los Acereros estarán en el Super Tazón, ellos son los que saben. Pero encerrarse por tercera vez a intercambiar metralla de alto calibre contra la segunda mejor defensiva de la Liga tiene sus riesgos. “Fast” Willie Parker será clave para mantener el balón en la tierra, para que Roethlisberger lance sólo lo estrictamente necesario, recurrir al pase en situaciones desesperadas y con un Ed Reed merodeando el emparrillado puede resultar en una tragedia para los de Pensilvania.
En fin, se siente el ambiente como cuando Alí y Frazier estaban a punto de subir al cuadrilátero, otros quince asaltos de poder a poder. Como lo pronostican las más influyentes plumas, el próximo domingo uno de febrero en Tampa se llevará a cabo la primera edición del Penn-Bowl, es decir dos equipos del estado de Pensilvania por primera vez en la historia disputarán el Super Tazón.