Es triste al término de un torneo tener que hablar desde ya de probables refuerzos en el clásico quién se va y quién se queda. Eso era prioritario de los equipos de Monterrey o del América, nosotros estábamos acostumbrados a intercambiar puntos de vista sobre qué tan lejos podía llegar Santos en la liguilla. Es más triste, porque teniéndolo todo a favor se echó por la borda quizás el torneo más accesible para calificar en muchos años. Disputar 27 puntos en casa y perder once es lamentable y tienes que retorcerte las tripas al decir que con un punto, con un méndigo punto más estaríamos en la fiesta.
Cancún, como dirían los cursis en el paradisiaco Caribe, el lugar donde todos queremos ir, resultó un lugar maldito para Sergio Bueno, los dos partidos más significativos de su regreso con los Guerreros los perdió en el Andrés Quintana Roo contra el que resultó el lugar catorce de la liga y para colmo el de final de Liga, en donde iba de por medio la calificación, el Atlante inició con ocho titulares indiscutibles
Cuando Bueno confirma que su rival jugará prácticamente con sólo su portero como titular (ya que Carevic y Maldonado no fueron tomados en el equipo titular de este Clausura), ¿por qué demonios sigue con una alineación temerosa, alineando a sólo un delantero? Tuvieron que ser los goles tempraneros los que lo hicieron cambiar a una formación más agresiva, pero perdiendo minutos preciosos en lo que su equipo se acomodaba con la salida prematura de Quiñónez y el ingreso de Quintero, al final de cuentas Santos se agregó a Cruz Azul y Chivas como las grandes decepciones; del América ya ni hablar, su objetivo para el Apertura es luchar por la salvación con Tigres, Atlas y el que ascienda, así de simple.
A pesar de esto creemos que Sergio debe seguir y todo parece apuntar que lo hará, ahora es obvio que lo primero que tendrá que resolver es lo del lateral izquierdo, al no confiar en el chavo Mares hizo sufrir lo indecible a dos jugadores: a Iván Estrada al cambiarlo de perfil, y al que sí de plano puso a parir chayotes fue a Fernando Arce, que a pesar de su encomiable esfuerzo fue un fiasco como lateral derecho, es que no era un lateral lateral, dirían los finos, más bien era un carrilero volante, y para efectos reales, Arce naufragaba cada partido en esa posición.
Ni hablar, que sirva de experiencia, pues lo que viene no será fácil, deshacer por completo el proyecto Guzmán e iniciar la construcción del de Sergio Bueno. Recuerden que el compromiso será mayor, nada de hacer el papelón de dejar sin liguilla al Territorio Santos Modelo en su torneo de inauguración. Benítez y Ludueña, dos puntales en la consecución de la tercera corona, parece irremediable que se vayan, de ser así, suplirlos lo más decorosamente posible no será nada fácil y será una de las grandes tareas para los torneos venideros.
P.D. Ahora a concentrarnos en la liguilla que arranca hoy, nada de que no tiene chiste porque participan los hijos olvidados de la Liga, nada de eso, todos tienen su mérito y se lo merecen. Por otro lado, todo parece indicar que, como no se veía en muchos años, en esta postemporada la supremacía de Pachuca y Toluca será demasiado para el resto, Tuzos y Diablos parece ser la final indicada, no vemos argumentos suficientes en los demás como para amenazarlos seriamente, nada nos gustaría más que en Ciudad Juárez siguiera la fiesta, pero eliminar al Toluca parece una empresa fuera de posibilidades para la valerosa y brava tribu juarense.