CUÉNTAME UNA DE INDIOS Y CAMOTES
Las semifinales del Clausura inician hoy, y si algo hay que agradecer de ponerles sabor e interés, por supuesto, es a los llamados equipos chicos: Puebla y Juárez. Pumas y sobre todo Pachuca toman como un día más en la oficina estos menesteres de la antesala a una final. A mí en lo particular me encantaría que ya sea Puebla o Ciudad Juárez lleguen a la final, mas no sé si me motive lo suficiente verlos frente a frente disputándose un título cuando hace un año o poco más estarían peleando por el ascenso.
La idea, como me lo comentó mi amigo Alejandro Rodríguez, es que camoteros o Indios derroten en una final a un "grande", ya sean los Tuzos, cinco veces campeones en torneos cortos, o los Pumas, únicos capaces de ganar dos títulos consecutivos en esta modalidad. Sería el final feliz del cuento de La Cenicienta, lo contrario echaría a perder un guión clásico.
Pachuca algo tiene que no acaba de caer bien entre los aficionados fuera de la "Bella Airosa" (no confundir con Lucerito), como que se nos hacen demasiado buenos para ser verdad, en todo están y se han aventado la puntada de autobautizarse "el equipo de México". Por cierto, dicha campaña nunca prendió, los laguneros veíamos con franca animadversión los espectaculares que anunciaban al equipo de México y me imagino que la reacción era igual en los diferentes puntos de nuestra República donde fueron colocados. Jesús Martínez, presidente y dueño del equipo, quiere siempre dar la imagen del señor buena onda, triunfador, pero que nunca pierde la humildad, y puede ser verdad, pero, insisto, hay algo que te hace decir "será verdad tanta belleza", vamos, como que parece ser un equipo nerd o geek de esos ordenados, higiénicos, engominados, etcétera, por algo será que a pesar de sus innegables éxitos no llenan su estadio con la frecuencia que ellos quisieran. Para colmo tienen como entrenador a un imperturbable caballero llamado Enrique Meza; el único que lo ha hecho perder la calma ha sido Tomas Boy, pero el "jefe" desequilibra emocionalmente a cualquiera. Como todos sabemos, está totalmente loco. Si Pachuca gana el título, "Little Eyes Table" (traducción libre al inglés de "Ojitos" Meza) seguramente en un tono neutro dirá: "todo el mérito es de los muchachos, ellos se lo merecen todo" y se acabó, a otra cosa.
Qué diferencia con José Luis Sánchez Solá, mejor conocido en el mundo del espectáculo como el "Chelís", nada más imagínense si La Franja consigue la corona, sólo imagínense la escena en cámara lenta, primer plano, Chelís corre con los brazos abiertos mientras suenan las notas de "Soldado del amor" de Mijares, las lágrimas arrasan sus ojos, los jugadores (todos pelones, por supuesto) besan y dejan que les besen sus rasurados cráneos y pasamos a la escena culminante, en un palco se abrazan Bernat y su gente y en el palco contiguo Henaine (hasta esos momentos enemigo jurado de Francisco) lo observa y tímidamente sonríe a su peor enemigo, éste llevado por la emoción devuelve la sonrisa y entonces
En cuanto a los Indios, también bienvenidos, ¿cuándo han dejado de ser protagonistas los indios de una película de acción que se precie de garantizar emociones a chicos y grandes? Cierto que la imagen de Eugui está lejos de la de Gerónimo o Cochise grandes líderes apaches, pero es como el viejito amable pero sabio que motiva a sus muchachos a logros aparentemente imposibles, en la cancha un lagunero los lidera, Edwin Santibáñez. Un ex chavo banda ingresa en los segundos tiempos para revitalizar tanto a la tribuna como a sus compañeros, Julio Daniel Frías, mejor conocido en los separos y en la tribuna del Benito Juárez como el "Maleno".
Pumas fue en todo el torneo un equipo "sordero", así lo planeó y así lo deseó "Tuca", moviéndose bajo el radar y cuando emergió a la superficie ya era tarde para la mayoría de sus rivales, los universitarios están a un paso de la final para beneplácito de toda la Condesa, como saben, colonia del DF, donde se dan cita todos los que se creen "cool" y se pasean con cara y actitud de intelectuales "buena onda", odian la hipocresía de Polanco y es nido de actores, músicos, cineastas, escritores y, por supuesto, el equipo a seguir, por representar de alguna manera la intelectualidad defeña, son los Pumas, Diego, Gael, Dehesa, José María de Tavira, son algunos ejemplos de la fauna universitaria seguidora del equipo que dirige el bipolar Ricardo Ferreti. ¿La Franja o la Tribu serán capaces de reventar el sistema representado por los Pumas y sobre todo por el Pachuca? Ojalá, así nos divertiríamos casi todos.
