Inicia septiembre, el último mes completo de temporada regular en las Grandes Ligas, y todo el interés de esta recta final parece circunscribirse a la pelea por los puestos de comodines (wild card) de cada liga. La excepción podría ser la Central de la Americana, donde todavía los Mellizos de Minnesota aspiran a darle alcance a los Tigres de Detroit, que les sacan tres juegos y medio. Los Twins tratan de no perder más terreno para que en el fin de semana, del 18 al 20, reciban a los felinos en el Metrodomo e intentar acercarse o incluso rebasar a los Tigres, todavía se enfrentarán nuevamente en la penúltima serie de la temporada, 29 y 30 de septiembre y primero de octubre, en el Parque Comerica.
Los que se niegan a conformarse en luchar por el comodín son los Medias Rojas de Boston, que se encuentran a seis juegos y medio detrás de los Yanquis y ya sólo les queda una serie entre ellos, que será en Nueva York del 25 al 27 de este mes. Es cierto que Boston ha recuperado su ritmo bateador gracias al regreso de sus lesionados y a la calidad de su plantel que ya da muestras de por qué se le considera favorito para ganar su Liga.
Pero retomando el tema de los comodines, todavía existen algunos puristas que están en desacuerdo con este sistema que se aplicó a partir de la temporada de 1995, argumentan que el beisbol debió de continuar con sólo cuatro participantes en los playoffs y cuatro divisiones y no ocho calificados con tres divisiones por Liga. Nosotros estamos de acuerdo con el comodín que evita la injusticia de marginar a equipos que incluso llegaron a ganar 99 ó 100 juegos y aún así quedaban fuera. Ejemplo los Gigantes de 1993 que ganaron 103 juegos y se tuvieron que conformar con ver por la tele las series de campeonato.
Los primeros beneficiados fueron por la Nacional los Rockies de Colorado y por la Americana los Yanquis de Nueva York, por cierto, la Serie Mundial de ese año la ganaron los Bravos de Atlanta a los Indios de Cleveland en seis juegos.
A pesar de que en estos momentos los Bravos se encuentran a tres juegos de Rockies y Gigantes que comparten el liderato del comodín de la Nacional, los expertos vaticinan un gran cierre para los pupilos de Bobby Cox, apuntalado por el regreso de su estrella del picheo Tim Hudson para redondear un gran rol de abridores que no se veía desde los tiempos de Maddux, Glavine, Avery, Smoltz y compañía. En la Americana todo parece indicar que tanto Texas como Tampa verán con resignación cómo Medias Rojas se queda con el boleto. Nada fácil ni cómodo resulta ganarse un puesto de comodín, hay que luchar y tener calidad para obtenerlo, no en balde los Marlines han ganado la Serie Mundial dos veces como comodines en 1997 y 2003, Serafines en 2002 y Medias Rojas en 2004 los han imitado.
