Mientras todo el interés en nuestro país se centra en el juego de hoy entre México y Costa Rica, horas antes en Dinamarca la selección nacional de Portugal jugará el primero de una doble jornada de vida o muerte en sus aspiraciones de calificar a la Copa del Mundo.
¿Se imaginan un Mundial sin Cristiano Ronaldo? En Sudáfrica seguramente no. Los portugueses ciertamente no son candidatos al título, pero no podemos negar que los lusitanos han llegado a desplegar, dirigidos en la cancha por Ronaldo, un futbol a veces preciosista.
En tierras africanas el próximo año ya están prácticamente aseguradas las presencias de "divos" del nivel de: Kaká, Rooney, Messi y Ballack, por nombrar algunos de los integrantes de la elite mundial. Pero ninguno de ellos reúne el encanto total que posee el delantero del Real Madrid, Cristiano Ronaldo dos Santos Aveiro, nacido en la Isla de Madeira en Portugal, Cristiano es exótico, metrosexual, mediterráneo, galán, idolatrado por millones de chicas, no importa que la locota de Paris Hilton haya dudado de su sexualidad, total quién le va a creer a semejante alucinada. Ronaldo, en fin, es un lujo que los sudafricanos van a extrañar.
Kaká es un ejemplo que puede ser utilizado por los padres de familia de todo el mundo, serio, formal, higiénico, evangélico, homogenizado, para algunos un nerd total. Rooney es lo contrario, un vago buscapleitos, pero como diría John Lennon, es un "working class hero" y por eso lo adoran en la pérfida Inglaterra.
Messi es otro ejemplo de constancia y de lucha contra las discapacidades. Es famosa ahora la anécdota de cuando Messi contaba con once años y fue rechazado por el River Plate ya que a "La Pulga" le fue detectado un problema hormonal que retardaba su crecimiento y cuyo tratamiento costaba casi mil dólares mensuales por tres años. Su padre emigró a España y el Barcelona asumió el riesgo y el costo del tratamiento, el resto, todo el mundo lo conocemos, en la casa Club del River todavía se oyen los cabezazos contra la pared que se dan los dirigentes "gallinas" por no invertir 30 mil dólares para luego cosechar millones de Euros.
Ballack, hijo de un ingeniero civil de clase media alemana, posee un carácter de los mil demonios pero como todo un buen germano sabe controlarlo gracias a la famosa disciplina alemana, que ha llevado al Campeonato Mundial en tres ocasiones a los indeclinables teutones.
